NFL against the world

El Lunes, Lamar Jackson me dejó frío. 16/20, 169 yardas, 5 TD de pase y 95 yardas de carrera, un juego espectacular que sin embargo, me dejo pasmado acerca del futuro o la durabilidad del éxito del nuevo quarterback. En las redes sociales lo proclamaban como la nueva estrella, el MVP y que está para ganarlo todo. Después de victorias aplastantes contra los Patriots, los Rams y los Texans, los Ravens de Lamar Jackson se ven simplemente imparables.

Esta semana tuvimos algo que no había pasado en muchos años: tres juegos en primetime tremendamente buenos. Ya sea por calidad deportiva o por resultados. Fueron tres juego que valieron mucho la pena, donde los que se llevaron la victoria sudaron sangre y los derrotados lo hicieron con frustración y desesperación. En total los equipos ganadores lo hicieron por 2 puntos el Jueves, 4 el Domingo y 3 el Lunes. Y los tres juegos dejaron muchas cosas a pensar.

De todos los equipos de la NFL, si uno se ha llevado mas risas y burlas en toda su historia, son Los Ángeles Chargers. Es impresionante el nivel de vulgaridad que puede alcanzar este equipo. Y no lo digo en plan de joder al prójimo solo por ser de los Raiders, digo solo la pura verdad: un conjunto que todos los años se esmera en perder de la forma más ridícula (Como este mismo contra los Titans), que malas jugadas han marcado su destino, y que ante todo pierde en los momentos que no debe.

Jon Gruden es un cabrón suertudo. El día de ayer, a falta de 8 segundos, los Lions amenazaban en la 1 de los Raiders en cuarto down, después de que una jugada anterior se quedaron a punto de anotar por la misma distancia. No tenían tiempos muertos. ¿Y qué paso, qué hizo John Gruden? Lo que todo mundo se esperaba: pedir un tiempo muerto para que los Leones se organizaran. Oakland ganó el partido, un par de jugadas de defensivos controversiales detuvo el pase de Matt Stafford y la decisión pareció una genialidad. Pero claro que si hubiera recibido la anotación, Gruden sería muy críticado el día de hoy.