Saints vs Cowboys: o como perder la cabeza y voltear el mundo en 60 sencillos minutos


El día de ayer la NFL nos regaló otra de esas noches mágicas que ya nos tiene acostumbrados, vimos a los Cowboys llegar con marca de 5-5 contra los Saints que tenían marca de 10-1. Los primeros vencieron por un marcador apretado de 13-10. Las preguntas son: ¿Esto hace a los Cowboys más contendientes?, ¿a los Saints menos sólidos? Vayamos por partes.




Los de Dallas se pusieron arriba 13-0 mediados del partido, tenían el juego prácticamente controlado, peleaban a su bola con una defensa magnífica y mimando el reloj de juego. Elliot a lo suyo. Y los Saints no encontraban manera ni de avanzar, ni corriendo ni lanzando. Esto aunado a las malas decisiones de su entrenador principal los dejó al parecer en la lona. Pero mala yerba nunca muere y regresaron a todo vapor, sin embargo los Cowboys lograron resistir y terminaron ganando 13-10 con una intercepción en los minutos finales.

El juego fue muy curioso por ambas partes: sorprendió mucho la mimeza del reloj por parte de los Cowboys, el playcalling de los Saints y como Brees comenzó lanzando más incompletos. Pero analicemos por parte de los dos bandos. Yo no creo que esto catapulte a los Cowboys como favoritos de la nacional. De hecho se escuchará como un sacrilegio pero creo que esta victoria los perjudica más de los que lo beneficia. En realidad este equipo de Dallas me recuerda mucho a los Jets de Nueva York de Rex Ryan. Aquellos que por el 2009 y el 2010 llegaron a las finales de conferencia de la americana a pesar de que contaban con un quarterback muy limitado como lo fue Mark Sánchez y un entrenador en jefe con más problemas que soluciones, como lo era Rex Ryan. Ryan tuvo éxito a corto plazo, pero sus caprichos y su terquedad terminó por hundir al equipo de un hoyo que hasta hace muy poco están saliendo. Le sucede lo mismo a los Cowboys. Seamos sinceros. En las últimas dos temporadas Dak Prescott ha demostrado un crecimiento nulo en su posición. La magnífica temporada del 2016 está pesando como loza sobre un jugador que cada vez demuestra más sus fallas en sus lecturas, que se ve muy nervioso y que vive mucho del sistema en el que juega. Inclusive mientras más lo veo jugar más me recuerda a Mark Sánchez: tiene una gran garra y mucha entrega, pero sus limitaciones como mariscal de campo son muy evidentes. Recuerda mucho a Sánchez, a Tim Tebow o a Jake Delhomme en sus últimos años. Tipos que ponían todos los huevos a cada snap pero que simplemente eran incapaces de jugar como Dios manda. Y estas deficiencias las ha cubierto Ezekiel Elliot, sin embargo cuando este (tal vez el mejor RB puro de la actualidad, sin discutir y sin entrar en conflicto) falla nos encontramos con las realidades de su quarterback. La llegada de Amari Cooper claro que lo ayudó, este es un tipo que se está convirtiendo en su arma más segura (puto), pero que a la larga termina por dar a entender que le falta mucho al equipo para terminar de cuajar ofensivamente. ¿Es un buen ataque? No tanto, aunque han tenido serios adelantos y han puesto en aprietos más de una buena defensiva; tiene sus limitantes. 13 puntos en dos cuartos y se acabó. Es lo que anotó en todo el partido contra los Saints. ¿Eso es una buena ofensiva, la que anota 13 puntos en dos cuartos y a dormir? El otro problema es que son terriblemente inconsistentes. Un día anotan 40 y al otro 17, luego 14 y luego 27. Y así no se puede, se debe ser más consistente para aspirar a, al menos saber de qué va tu ataque. Que nadie se sorprenda de mis palabras, el análisis que hago de Dak Prescott no es nada del otro mundo, todos lo saben y aunque la misma afición le ha tomado gran cariño, no deja de ser un quarterback bastante medianito que a cada victoria se esconden sus problemas.



La otra cuestión es Jason Garrett. Garret hace algo toca-huevos: por cada buen año que da, da uno horroroso. De un 12-4 a un 4-12, a un 13-3, a un 9-7 y de nuevo a un 7-5. Así, de nuevo, no se puede. Y todos lo saben, todos los aficionados de los Cowboys y todos los aficionados al deporte saben de lo malo que es Garret al frente del equipo. Todos menos Jerry Jones sabe que es un entrenador horrible y nadie entiende como sigue ahí. Pero está. Y este tipo de victorias de tanto peso le dan más credibilidad y tiempo al frente del equipo. Y a la larga solo le quitará los mejores años a sus jugadores jóvenes y estrellas. Un último hincapié en su defensa: jugó un extraordinario partido contra los Saints, pero no creo que sea de élite. Han aceptado en esta campaña 24 (Seahawks), 24 (Lions), 28 (Titans), 20 (Redskins con Alex Smith), 23 puntos (Redskins con Colt McCoy). Y eso no es ser de élite. Dio un muy buen partido frente a uno de los mejores equipos ofensivos de la liga (que no es el mejor), y tiene jugadores extraordinarios que pueden ser el futuro de la liga. Pero por ahora, es una muy buena defensiva.

Y ahora vamos con los Saints. Después de 10 semanas consecutivas luciendo un ataque imparable y una defensa sólida y ladrona se detuvieron contra un muro. ¿Realmente jugaron muy mal? No, al contrario, creo que no jugaron ni bien ni mal. Una actitud que ni siquiera era pesadez, más bien una especie de indiferencia que lucieron todo el partido. Estaban ahí como diciendo “bueno en un momento debemos perder, ¿no?”. Y es que como leí en un tweet: en algún momento debían tener un fracaso para así ver sus limitaciones. Ni siquiera creo que alcanzamos a ver un verdadero error en este equipo, solo no era su noche. De aquellos días en que nada encaja y nada funciona. A todos los equipos les pasa. Hemos visto a campeones de Super Bowl que en sus mismas campañas son derrotados hasta por palizas o en juegos muy pobres y eso no significa que sean malos o algo por el estilo, solo que como con todos, habrá momento en que algo no funcionará por alguna u otra causa. Ahora, me parece que el verdadero problema de los Saints, sí que tienen alguno, está en la banda. Ayer vi una estadística muy interesante: habían convertido 11 de 12 cuartos downs. 12 intentos en 11 partidos es una joda. Hay drives que han intentado hasta 3 veces lo mismo. Eso no puede seguir así, no siempre se pueden tomar esas decisiones y se debe haber más prudencia. En playoffs esa salvajada puede costar muy caro. El jueves claro que lo hizo, jugarse un 4 & 1 desde la dos rival con más de tres cuartos aun por jugarse fue un capricho. Justo ese gol de campo hubiera marcado la diferencia. Y es un problema que el veo a Sean Payton toda esta temporada: lo veo muy lanzado en cada decisión que toma. Se parece más a Mike Tomlin que a un Harbaugh o a un Belichick. Terminó por demostrarlo cuando pidió la revisión por que Michael Thomas se lo dijo. Esas dos decisiones no solo sepultaron a los Saints muy temprano en el partido, sino que le dio más fuerzas anímicas al equipo contrario. No creo que New Orleans tenga muchos ajustes que hacer sobre su juego. Solo que Payton debe comenzar a calmarse y pensar si sus métodos son los correctos.



En resumen: este partido no hace ni más contendientes a los Cowboys ni menos a los Saints. Fue simplemente una noche mágica más dentro de la irónica, paradójica, curiosa, bizarra, extraña pero hermosa NFL.

Correo: franciscolozano1321@hotmail.com / Twitter: @clarkmorales

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