De cuentos a novelas

Hoy les vengo a hablar de un tipo. Un tipo que tenía todo para ser considerado uno de los mejores de toda la historia, con un brazo que podía cruzar la torre Eiffel si él quería, con una visión para descifrar cualquier defensa y cuando fuera. Pero que a final de cuentas, su cara de adicto a Morrissey, y su gusto para dejar plantadas las ilusiones y aspiraciones: hablo de Jay Cutler.



El bueno de Cutler siempre fue un tipo que le gusto levantar polémicas a diestra y siniestra. Siempre intercambiando drives donde sus pases fueran majestuosos e increíbles con otros donde muchas veces te preguntabas si no lanzó con los ojos cerrados. Pasó sus primeros años en Denver donde ilusionó muchísimo pero McDaniels parecía ver el tormento que se avecinaba y lo mandó por un tubo, (solo para jugársela con Tim Tebow y Kyle Orton). Y luego llegó a Chicago donde tuvo temporadas muy buenas que llegó inclusive a una final de conferencia. Pero fue justo aquel juego contra Green Bay, (donde salió lesionado), el que marcó toda su carrera, desde ese entonces perdió su confianza en sí mismo, aun cuando le cumplían todo: pidió receptores y el pusieron a Brandon Marshall y a Alshon Jeffrey. Exigió protección y le dieron todo lo que pudieron, no se entendía con los coordinadores y le llevaron a Mike Martz. Hizo de todo y nunca funcionó. Hasta se pensaba que el verdadero mal del QB era Lovie Smith, (no es muy difícil de llegar a esa conclusión) y le pusieron a John Fox. Por un momento se pensaba que se llevarían mucho mejor, que a Fox le gustaban los QB con características como Cutler y este se parecía a Delhomme hasta cierto punto. Buen brazo y buena visión. Sin embargo ni uno ni el otro: al final vimos que el verdadero problema de Cutler era el mismo.

Verlo jugar era una tortura: lo hacía con una desgana, un hartazgo, un fastidio… y si algún compañero lo hacía mal se lo recriminaba, gritándole; nunca pareció ser un líder de verdad y por años lastro ese vestuario. Entonces lo cortaron, y durante un mes vagó por la agencia libre pero nadie estaba realmente interesado en sus servicios y terminó haciéndose comentarista, aunque sin anunciar su retiro como jugador de la NFL.  Y llegó entonces Ryan Tanehill y su lesión que arruinó las esperanzas de los Miami Dolphins. Vieron todas sus opciones, tanto en el banquillo como en la free agency y decidieron que lo idóneo era firmar a la mejor opción: Jay Cutler. Y ahí está, esta gran telenovela que veamos donde acaba.


Todos pusieron el grito en el cielo con la lesión de Tanehill. Que se acababa la temporada de los Dolphins, que eran serios candidatos a arrebatarle el cetro de la división a los Patriots, que son una gran opción. Para mí, sinceramente, Tanehill es lo mismo que Cutler, con su firma no pierden nada ni ganan nada. El número 17 de Miami no me ha demostrado nada en sus cinco años de profesional, sus partidos más importantes, (contra Patriots o Broncos) lo hizo muy mal. Luego creo que pensaron en Moore, pero no dio nada ni muy bueno ni muy malo así que prefirieron irse con Cutler. A su modo normal de juego es, como dije, la misma cagada que Tanehill, pero Cutler al full es mejor, no infinitamente, pero si mejor. Y yo realmente no sé que puedes esperar de estos Dolphins. Con un jugador con mucho talento pero a final de cuentas, un lastre dependiendo de su manera de ser.

Y la otra gran incógnita es Borck Osweiler. No el caso de los Browns, no los Browns, no, el caso de Brock Osweiler en particular: uno de los mayores fracasos de John Elway y que ya cuando se dio cuenta lo dejó ir y fue fichado por los Texans por un mega contrato que ni él se lo esperaba. Pero su temporada pasada fue terrible, así se debe de decir, los números solo es un acompañante: 15 míseros TD. 16 intercepciones. Su rendimiento fue pésimo; y ustedes saben que yo no solo hablo de números. Constantemente parecía no tener control sobre la ofensiva, no sabía leer, no tenía movilidad en el pocket. Nunca comprendo porque una persona de esa altura tiene tantos problemas para lanzar el balón hacia arriba, cada pase suyo parece que va en picada, los receptores siempre tienen que hacer un gran esfuerzo por él y no son nada cómodos. No se comportó como un QB de 73 millones de dólares, sino como un novato de quinta ronda.


Pero, aquí viene el bendito pero, ha llegado a los Browns y ahí sí que puede triunfar, ¿porque? Porque no tiene nada que perder, llega a un lugar que entra en cenizas totalmente, con pocos mimbres pero algo sólidos, prácticamente la mesa está puesta para que en esta oportunidad el renazca y finalmente demuestre el talento que tiene. Sobre todo porque en Houston se veía muy tenso y presionado, se esperaba todo de él, se esperaba que lanzara 30 pases de TD en el año. Que venciera a NE en la final de la conferencia. En Cleveland no tiene esperanzas de nada.

Y vamos con los Browns de nuevo: lo interesante no es la posición de Osweiler, sino el hecho de que detrás está Cody Kessler, un tipo que tuvo destellos y que se ganó el corazón de Hue Jackson en el draft del año pasado. Sinceramente con el basurero andante que era la franquicia el año pasado no lo hizo tan mal y el talento está ahí, la cuestión es saber si quieren desarrollar a Kessler o bien rifársela con Osweiler, porque de otro modo algo sabrá el resto de la liga de Cody y trataran de arrebatárselo el siguiente año y bueno, ustedes ya conocen el desmadre que se arma por un quarterback.


Hoy en día las lenguas dicen que Osweiler está agradando mucho y será el titular en la semana 1, pero yo no estoy tan seguro, más bien creo que Cleveland entra sabiendo que aspiran a cinco o seis victorias este año y que no tienen nada que perder con estar haciendo experimentos un rato checando quien es apto para el trabajo y quién no. Aunque también he de decirse que Osweiler tiene el talento, y al igual como le ha pasado a otros en el pasado, (Rich Gannon, Jim Plunkett, Trent Dilfer) me parece perfectamente capaz la posibilidad de que se vuelva un tipo competitivo y termine por adueñarse del puesto por varios años.

Parece telenovela colombiana.


Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales

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