Los tiempos están cambiando (segunda parte)
En mi post pasado hablé acerca de como la NFL
sufre un cambio cada cierto tiempo, donde los ciclos acaban y empiezan otros,
que es cuestión de volver al inicio. Cosa de varios años. Mencioné un poco de
teoría política en una comparación hasta cierto punto un tanto extraña. Hay
otro punto que me gustaría tratar: la misma filosofía política trata a la
historia como un grupo de ciclos que está condenado a repetirse uno tras de
otro. Aristoteles ya lo había mencionado en, (justamente), el libro de Política, y 1500 años más tarde fue
Maquiavelo quien lo mencionó en Discursos
de la década de Tito Livio. Así, después podemos darnos cuenta que tenía
razón: las sociedades nacen de una unión en masas, se levantan, y después de
muchos procesos, caen, los restantes se juntan y así van, uno tras otro. Hasta
el fin de los siglos. Esta temporada he pensado que la NFL es exactamente
lo mismo, pero con cascos y hombreras.
Hace varios meses escribí un artículo acerca
de Marshawn Lynch. No es muy importante recordarlo, era algo nostálgico y me
agrada. Pero lo más importante, o al menos lo que más empeño puse en dejar en
claro en mi descripción fue como pienso que el verdadero impacto de Lynch para
la liga fue el hacernos dar cuenta que un ataque terrestre es tan letal como un
ataque aéreo, y como a partir de la irrupción de aquellos Seahawks los equipos
volvieron a buscar tener un ataque terrestre fiable. Ahora bien, con esto no
quiero decir para nada que es más importante saber y poder correr que pasar,
nada de eso sino todo lo contrario: es importante buscar un equilibrio, poder
hacer clavar las defensas y poder romperlas con pases muy exactos. En realidad
lo que los buenos entrenadores de la NFL buscan, (ya saben, Belichick, Reid,
Harbaugh, etc.) es tener un ataque balanceado. La verdad de las cosas es que
hasta la llegada de Legarrete Blount a los Patriots estos no fueron de nuevo un
candidato serio al Super Bowl. Y desde la salida de Lynch Rusell Wilson ha
jugado a un gran nivel, pero no es ni a palos un ataque que sea capaz de
controlar las defensas domingo a domingo.
Con el tiempo la NFL fue cambiando, casi me
atrevo a decir que se han compartido las décadas por paradigmas al momento de
saber atacar: los setenta eran mucho más corredores. En los 80 comenzaron los
circos aéreos, los noventa era poco más de lo mismo, pero en los 2000 se han
vuelto más balanceados. Y esa es la clave: el balance. Aunque recordemos
equipos muy corredores en la década de los setenta eso no quita el hecho de que
también tenían ataques aéreos potentes: los Raiders tenían a Ken Stabler, los
Steelers a Terry Bradshaw y los Cowboys a Roger Stabauch. En los 80’s por mucho
que recordemos los festivales aéreos de Dan Marino o John Elway eso no quita el
hecho de que los Niners ganaban a base de un QB como Montana y un corredor como
Craig. Y en los noventa ni se diga: los Cowboys con Emmith Smith y los Broncos
con Terrell Davis, que no es ninguna sorpresa el decir que fue el auténtico
propulsor de los dos anillos conseguidos por el equipo de Mile High, y no su
QB. Y en los 2000, pues la verdad es que más de lo mismo: Brady es Brady, pero
tenía la espalda bien protegida por Antwain Smith, Corey Dillon o el ya
mencionado Blount. Big Ben nunca ha sido brillante pero tuvo en Jerome Bettis y
a Willie Parker un par de excelentes acompañantes. La triste comparativa la
tenemos en Peyton Manning, quien si bien es y será recordado con justicia como
uno de los mejores QB de toda la historia, ganó un campeonato en sus años mozos
y fue gracias, justamente, a un juego de carrera que desarbolo a la defensa de
los Bears en aquella final. Años después fue de nuevo el ataque terrestre de
los Broncos el que condujo ese ataque, (ojo, menciono ataque, no equipo). ¿Cuál
es el patrón de todo esto? Nunca se debe de subestimar el poder del ataque
terrestre.
El ataque terrestre prototípico lo pusieron
los Miami Dolphins de 1972, (a mi parecer, claro), ante la lesión de Bob
Griese, Don Shula supo como preservar una temporada perfecta, para esto, claro,
tuvo a tres corredores bestias: Larry Csonka, Mercury Morris y Jim Kiick. Su
sistema era un tanto extraño: por cada 3 acarreos que tenía Csonka, le daban
dos veces el balón a Morris y una a Kiick, quien era fullback. Así al final de
la temporada Csonka terminó con 213 acarreos, Morris con 190 y Kiick con 137.
Esto transferido a cifras es descojonante: Entre cuatro QB los Dolphins
intentaron en total 259 pases, completaron 144, consiguieron 2235 yardas y 17
TD con 12 intercepciones. Pero por otro lado intentaron la frívola cantidad de
613 carreras para 2960 yardas, con una media de 4.8 yardas por carrera, 211
yardas por partido y 26 TD. Nada mal, esto se tradujo con que su ataque
terrestre funcionó como un martillo y bueno, 17-0 a la vista. Desde ahí no se
ha podido encontrar un ataque terrestre igual, o parecido a esa bestialidad.
Avancemos ahora 38 años en el futuro. Los
Packers acaban de ganar un Super Bowl con un Aaron Rodgers tremendo,
anteriormente habían sido los Saints quienes a base de Drew Brees habían
conquistado otro campeonato. En realidad la NFL tuvo una etapa entre 2007-2008
al 2010-2011 que se había convertido en una liga pasadora. Pero fue en el 2012 que las cosas comenzaron
a cambiar. Fue el año en que los Ravens terminaron campeones. Pero fue además
donde comenzaron los ataques terrestres a ser protagonistas: los Niners y los
Seahawks asentaron su éxito con Frank Gore y con Marshawn Lynch, los Redskins
lograron con Alfred Morris y RGIII y ni se digan los Vikings de aquel año,
cuando Peterson cruzó la barrera de las 2000 yardas. Podría argumentar muchas
cosas, pero la verdad creo que los dos dueños de este cambio fueron Pete
Carroll y Jim Harbaugh: Harbaugh por devolverle el protagonismo a una parte del
juego que era parte de su ADN cuando entrenaba en el colegial, (cosa rara por
que poco después se volcó a pasar), y Carroll por que al parecer encontró el
conocimiento de que cada vez las defensas se hacían más pequeñas, menos fuertes
y se abrían mas para defender el pase. Porque nadie diga que los Seahawks
siempre fueron corredores: ni en el 2010 ni en el 2011 aun con Lynch eran un
equipo que acarreaba, repito, fue algo que Carroll tomó conciencia. Por eso mismo
pienso que le gustan los corredores fuertes y compactos, como Lynch, igual que
Thomas Rawls y que Eddie Lacy, (si es que algún día esta sano, claro) por que le gusta golpear y acarrear con furia. Y
marcaron de nuevo un patrón que vemos que se va repitiendo: cada vez es más
común ver ese tipo de corredores en la NFL. Tenemos a Delvin Cook, a Jay Ajayi
, a Jordan Howard, a Kareem Hunt, a C.j. Anderson... lentamente regresa el hit
and run que ya se había olvidado.
Esta mañana me levante y vi las estadísticas
de la NFL, quedé maravillado: los primeros cinco
lugares de yardas aéreas:
1.- Antonio Brown. 835 yardas.
2.-T.Y. Hilton. 702 yardas.
3.-DeAndre Hopkins, 692 yardas.
4.- Julio Jones 658 yardas.
5.- Travis Kelce 629 yardas.
Ahora vamos al ataque terrestre:
1.- Kareem Hunt. 800 yardas
2.- Ezekiel Elliot. 783 yardas.
3.- Le`veon Bell. 760 yardas.
4.-Todd Gurley II, 686 yardas.
5.- Jordan Howard, 662 yardas.
Solo Antonio Brown marca la diferencia, pero la verdad
es que el ataque terrestre vuelve a ser el protagonista en la NFL y eso me da
mucha alegría. Pienso que con el tiempo estamos volviendo a ver una liga mas
competitiva, donde los buenos equipos se separan del resto. Por que tener un
buen ataque terrestre no es sencillo. No quiero menospreciar nada, pero he
visto durante muchos años buenos ataques aéreos sin tener exactamente las
mejores líneas o los mejores bloqueadores, en realidad el ataque por aire es el
culpable de que tengamos a los jugador de la NFL como super humanos o como
dioses capaz de hacer cosas, por que ciertamente hacían cosas imposibles como
bajar balones de entre tres tipos o correr 70 yardas en tres segundos. Pero
tener un ataque terrestre de calidad implica una línea ofensiva que juegue de
manera perfecta, un QB que sepa ejecutar a un nivel exacto y sin errores, incluyendo
ciertas fintas. Necesitan alas cerradas y receptores que jueguen lo mejor
posible, que bloqueen. Y desde luego, corredores capaces. Se ocupa en pocas
palabras una ofensiva que juegue de manera perfecta. Y eso termina por apoyar a
las defensas, a la larga consumen las ofensivas mas tiempo y pueden mantener
frescos a los jugadores de otras unidades. Eso hacen los ataques terrestres
potentes: golpean y golpean y debilitan hasta que rompen a sus rivales. Y esto
crea a la larga mas calidad en los juegos que vemos, tal vez no son tan
entretenidos pero si de lejos mejores partidos, mas pensados y con mas calidad
en el deporte.
Así que vamos a prepararnos por que según mi perspectiva
al menos los siguientes cinco años le pertenecerán a los corredores de nuevo. Veremos
mucho de Kareem Hunt, Le’veon Bell o Leonard Fournette, (que dicho sea de paso
la actitud que tomó ante la suspensión de su equipo fue muy muy buena de parte
de un novato, me complació bastante saber como lo hizo), y veremos muchas
carreras y muy buenos golpes.
El pasado Domingo vi el partido de los Saints, un
equipo comandado por Drew Brees: 32 carreras, 27 pases. Eso es balance, así es
como se gana en esta liga.
Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales
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