Un hombre de negocios


Les voy a contar un secreto que no es tan secreto y que se sabe a voces: a Roger Goodell le importa muy poco la salud de los jugadores de la NFL. Eso todo mundo lo sabe y ya poco nos importa. Lo sabemos nosotros, lo sabe la NFLPA, lo saben los jugadores, lo sabe el mismo Goodell. Y en realidad eso no tiene nada de malo, para nada; la NFL es un negocio tremendo y el comisionado es solamente un hombre de negocios. Desde luego, repito, no tiene nada de malo. La NFL es un gran trabajo dividido en 32 partes que le termina por dar dividendos a una parte más. De hecho no creo que a nadie nos moleste ver el saber que Goodell ve todo como un negocio y no le importe nada más que el dinero.




Lo que si nos molesta bastante es su descaro, cinismo e hipocresía para pararse frente a las cámaras y sostener un jersey de primer drafteado, así como de hablar de la salud de los jugadores y de cómo está interesado en que todos ganen. Eso es chocante y es lo que lo convierte en un ser repulsivo. Tampoco es un secreto que lleva años en guerra con DeMaurice Smith, director de la NFLPA y desde el famoso lockout del 2011 no ha habido paz en las oficinas de la liga.

Y el impacto de Goodell como comisionado de la liga se ha sentido bastante. Ha vuelto el juego más espectacular y menos violento. Una de las decisiones que más me desagradaron en específico fue la de cambiar el punto extra de 19 a 32 yardas, y si se bloqueaba se puede llevar al otro lado para buscar puntos. Esto es, claramente, una medida para hacer los juegos más divertidos de ver. Cosa que logró, equipos como los Jaguars o los Bears tuvieron cierto éxito, y también puso muchos juegos tela con múltiples errores al momento de ejecutar el punto extra, pero este movimiento se olía desde el principio para ponerle más interés a la acción aun cuando el punto extra estaba predispuesto desde hace décadas. Otra de las decisiones donde la mano de Goodell se ha notado más es en los cuidados hacia los quarterbacks, sobre todo desde la devastadora lesión de rodilla sufrida por Tom Brady en el ahora lejano 2008. A partir de ahí los mariscales se han vuelto casi intocables. Esto si que ha traído muchísimas críticas. Tanto es esto que en algunos grupos han rebajado bastante la valorización de los jugadores a comparación de años pasados. Que si a Montana si le pegaban, que si Bradshaw si recibía golpes, que si Unitas jugó conmocionado, etcétera. Se dice que esto es para proteger a los QB pero eso hace el juego en general más suave. Y pues, ahí va mi granito de arena hacia este asunto.



En general creo que hay tres tipos de aficionados que miran NFL: los primeros, que representan más o menos el 50%, miran el deporte para pasar el rato, poner carne y beber cerveza y divertirse. Lo cual no tiene nada de malo. Es un entretenimiento y eso está muy bien. Luego tenemos un 25-30% de personas que miran la liga, son conocedores pero en realidad no están tan metidos en el deporte. Esto suele suceder cuando vemos aficionados que pasan los 40 o 50 años. Personas que en su mayoría vieron a Montana o a Marino jugar, pero que no terminarán de saber la diferencia entre un center y un long center. De nuevo, esto no tiene nada de malo, es completamente aceptable y es lo idóneo no solo en el deporte sino en cualquier tipo de espectáculo. Y finalmente están el restante 20-25% de aficionados que ven NFL por que aman el deporte, esos enfermos que se saben toda la historia de la liga y que han pasado más tiempo viendo videos una y otra vez de sus equipos o contrarios como si fueran head coaches que yendo a fiestas, (que esto no es muy sano que digamos).

Ahora regresemos a mi primer comentario: la liga es ante todo un negocio y Goodell tiene que ver por ello. Por eso cuando vemos la publicidad de la liga leemos, (por citar un ejemplo) “New England Patriots vs Pittsburgh Steelers” y justamente después “Tom Brady vs Ben Roethlisberger”, porque claro, tienes un cinco veces MVP que además es odiado por medio mundo frente a un tipo que lanza bombas de 50 yardas sin despeinarse a sus receptores, ¿Eso no es un espectáculo? Pues claro que sí. Atraerás a ese 50% de aficionados, unos 15 del otro grupo y a otros 15 del tercero.  Ahora bien, quitemos de esa ecuación a Tom Brady por lesión, su sustituto es Brian Hoyer, y el cartel sería “Brian Hoyer vs Ben Roethlisberger”, ¿Se sentarán ese 50 por ciento de aficionados a ver un partido así? Nosotros los amantes aferrados al deporte, (porque me considero del tercer grupo) nos lo tragaremos con gusto, pero no a los otros dos. Y eso sin contar el montón de dinero perdido en apuestas, camisetas que dejarían de comprarse o estadios que no se llenarían.  Ahora bien, una lesión puede pasar en cualquier momento por muy inesperado que sea, como el caso de Aaron Rodgers y los Packers. Eso no lo puedes evitar y se vive con la preocupación, ¿Qué es lo que harás para seguir cuidando él negocio?, proteger a lo más preciado y valioso que hay para seguir preservando ese público, o sea, el quarterback. Porque las reglas para proteger a los receptores o corredores no sin ni medianamente tan duras como para los mariscales de campo, y ni hablar de los linieros ofensivos quienes su rendimiento debe ser igual al de los años 70. Así que tienes que proteger al mariscal para que vendas más.



Les repito, a Roger Goodell le importa un comino la salud de sus jugadores. Nunca irá a pararse con Ryan Shazier a desearle éxito en su recuperación, no lo hizo con Zach Miller ni con Aaron Rodgers y no lo hará con nadie.  Lo que a Goodell el importa es vender, y la verdad nosotros no podemos quejarnos de ello, durante la final de conferencia (por ejemplo) mientras los Jaguars ganaban 20-10, leí en las redes sociales un comentario que iba así: La verdad no vería un Super Bowl Jaguares – Eagles. Creo que eso resume este pequeño comentario. Las reglas, (rigurosas o no) para proteger a los quarterbacks en favor de su salud o del juego, lo que realmente buscan hacer es preservar la espectacularidad en el juego, y yo no pienso que esto esté mal. Más bien creo que debemos de ver el juego con otros ojos, no ser tan puristas y darnos cuenta que simplemente tenemos un deporte diferente a lo que veíamos en los 80. Esto no significa que sea malo, solo que es distinto, tal vez no tendremos golpes celestiales y quarterbacks arrastrándose, pero si mejores juegos aéreos y unidades defensivas más capaces, (puesto que se las tienen que ingeniar a como dé lugar a detener a sus rivales).



Tom Brady es el primer nombre que se nos viene a la vista, pero el año pasado vimos auténticos golpes tremendos contra Big Ben, Trevor Siemian, Derek Carr o Deshone Kizer que fueron castigados por ser innecesarios. Y creo que, repito no tiene nada de malo, si tomamos las cosas como lo que son: aunque nos pese, la NFL es un gran negocio, y eso es lo que debemos tomar en cuenta.


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