Canton Ohio 2018

Como ya muchos allegados a la NFL saben, el primer juego de la temporada se dio el Miércoles pasado entre los Chicago Bears y los Baltimore Ravens. Es un juego de gran tradición utilizado, entre otras cosas, para homenajear oficialmente a los nuevos miembros del salón de la fama en Canton, Ohio. Se celebra además el fin del parón desde Febrero de la NFL. Sí, no pasa de ser un juego de pre temporada, sin acción de verdad in emociones, vale, pero es mejor que nada y a muchos les dio gracia ver un balón en el aire o alguien entrando en la zona de anotación. En realidad hay mucho tema que cortar acerca del partido de los dos equipos: la mala impresión que dejó Lamarr Jackson, el nuevo entrenador de los Bears. Lo preocupante de que jugaron algunos miembros del primer equipo de los Ravens y que aun así lo hicieron muy mal… pero bueno, no es tema de hoy entrar en el juego, yo les quiero dedicar unas palabras a los nuevos miembros del salón de la fama.



Existe salón de la fama para prácticamente para cualquier deporte, pero siempre se le toma importancia a dos en específico: al de la NFL, que se encuentra en Canton Ohio, (que si se lo preguntan del por que está ahí es por que ahí estaban los ahora desaparecidos Canton Bulldogs, el primer gran equipo en la historia del football americano), y a Cooperstown, de la MLB. El de basketball casi no le hacen caso, al del futbol soccer menos aún, el de hockey es tan secreto como el mismo deporte. Y cada año es un verdadero drama, en cualquiera de los dos importantes. Pero drama de esos que se jalan de los cabellos, en el baseball por ejemplo tienen desde hace tiempo el mismo pleito alrededor de la figura de Pete Rose y su caso de apuestas (si son aficionados al tema de la ética en el deporte y todo ese asunto y no conocen el caso, se los recomiendo, es muy interesante) o el que me parece más oscuro aún, el de Shoeless Joe (AUNQUE SE LO MEREZCA MAS QUE TIPOS COMO BARRY BONDS pero ese no es asunto). Y en la NFL ni se diga. Prácticamente cualquier equipo (excepto los pobres condenados como los Cardinals o los Lions) viven peleándose año tras año como necesario para la entrada de ciertos jugadores de sus respectivas historias. Tal vez el caso más intenso es de los Raiders de Oakland cuya historia tiene jugadores extraordinarios cuyo lugar en el salón de la fama se les ha negado desde hace años (Tom Flores, Cliff Branch, Lester Hayes, Steve Wisniewski, entre otros), pero bueno, se sobre entiende que hay jugadores que merecen estar en Canton antes que otros. Así que bueno, en realidad todos los equipos lucharan y discutirán hasta el cansancio, y habrá excepciones e injusticias, pero en general se ha dicho que las elecciones siempre son algo convincentes. Quiero dedicarles algunas palabras a los jugadores que han logrado su entrada este año. Me refiero a: Brian Urlacher, Brian Dawkins, Bobby Beathard, Ray Lewis, Terrell Owens, Randy Moss, Jerry Kramer y Robert Brazile.

Cada año hacen eso: se topan con seis jugadores que hayan dejado de jugar hace poco y luego otros dos que tengan tiempo de retirados ya. Beathard sin embargo no fue jugador ni HC, sino gerente general, uno extraordinario; consiguió que sus equipos llegaran siete veces al Súper Bowl y que cuatro hayan sido campeones. Formó conjuntos durísimos y supo siempre cómo encontrar suplentes a carencias rápidas de sus equipos, (encontrar sustituto de Joe Theisman o de Brian Griese, así como armar un conjunto más o menos sólido como lo fueron los Chargers del 94). Claro nunca vi jugar esos equipos, y solo los conozco por historia, pero dejó su huella en la liga. De Brazile y Karmer les seré sincero: no se nada de ellos, y dudo mucho que alguien que lea este blog haya visto jugar a Kramer en tiempo real. Los dos sin embargo tienen sus leyendas a favor y en general los tratan como súper estrellas de la liga en su momento. Bien por ellos, lo tienen bien merecido.


Brian Dawkins es un auténtico inmortal, un tipo infalible, fue una bestia, alguien que dejó rota la secundaria de los Eagles cuando los dejó, ¿lo merecía? Por supuesto. ¿Así de rápido? Bueno, supongo que hay un par de jugadores defensivos por ahí que lo merecen desde hace mucho (como Steve Atwater). Pero bah, Dawkins fue buenísimo toda su carrera, un ejemplo de consistencia tremendo. El caso de Urlacher es más de lo mismo: fue un fiel representante de todo lo que significa jugar su posición para los Chicago Bears. Siguiendo la magnífica tradición del equipo con grandes linebackers centrales (Butskus, Singletary, más uno que otro que se me escapa por ahí) fue un gran ejemplo de seguridad, fiereza, entrega y determinación. Una muralla por el centro y el líder de un equipo durante muchos años. (Además logró que su equipo estuviera en la Super Bowl con Rex Grossman como quarterback, eso debe significar un logro extra en su carrera).

Ray Lewis es un tipo interesantísimo. La verdad es que casi ningún jugador ha despertado tantas opiniones encontradas como el ahora ex-apoyador central de los Ravens. (Tal vez solo menos que Tom Brady). ¿La razón? Tiene uno de los capítulos más turbios y oscuros en la historia de la NFL moderna. Fue acusado en el año 2000 del asesinato de dos tipos en una fiesta a cuchillazos. Algo así, la historia está completa en internet, por si les interesa. El punto es que a muchos les ha parecido ridículo su papel de mesías que ha tomado desde ese incidente hasta la fecha. Tal vez tuvo algo que ver y se refugió en Dios. O tal vez solo quiere que todo mundo se crea su imagen pero es más falso que un billete de 1,000,000 de dólares. No lo se, la historia real probablemente nunca la sabremos. Ahora, sus logros dentro del campo: ¿Qué era una mala bestia, el mejor MLB de la década y tal vez del milenio, que era una muralla, que dio probablemente el mejor juego que un linebacker central ha dado en el Super Bowl? Claro, nadie duda de su capacidad, entrega, disciplina y rendimiento deportivo. ¿Qué bajó su nivel rozando el ridículo sus últimos años, especialmente su último partido? Claro, si el tipo es humano, dio un juegazo en la divisional contra Denver el año que fueron campeones, pero también lo quemaron mil veces aquellos playoffs. ¿Qué es fastidiante su papel de moralista y su bailecito algo payaso? Vale, me lo trago. Pero a mi ver a Ray Lewis me encantaba, no sé que haya sucedido aquel año 2000, pero sí que, por méritos deportivo, el jugador pertenece a lo más alto de la élite de la NFL moderna.

Ahora bien, los dos temas cachondos: la entrada de Terrell Owens y de Randy Moss. Les diré algo. Si hay alguna clase que puedas tomar dos jugadores igual de desequilibrantes y los pusieras en un mismo equipo. Pues es este. Randy Moss y T.O. son las dos armas de destrucción masivas más impresionantes que se haya visto en la historia de la liga moderna.


Moss siempre fue un tipo problema. Uno que jugaba cuando quería, que hizo chiflazones y que fue vendido una vez que los vestuarios en donde estaban comenzaron a apestar debido a su actitud. Pero nadie puede dudar su talento: era una cosa descomunal, que te acojonabas. Tremendo ver como las defensas se arre juntaban lo más que podían una y otra vez y aun así, nadie lograba detenerlo. Lo impresionante del caso es que pasaron los años, mucha gente lo estudio una y otra vez y aun así no lograron encontrar la cura en contra de sus amenazas. Si creen que lo de Antonio Brown es de escándalo deberían checar lo de Moss. Era una cosa de otro nivel. Los números solo lo abala: más de 15 touchdowns en cuatro ocasiones. Más de 1,200 yardas en ocho temporadas. Sus primeras seis: más de 1,300 yardas en cinco temporadas de esas seis, y 1,200 en todas. ¿Su primera temporada? 17 TD. Así de peligroso fue, es y siguió siéndolo hasta su última buena temporada con los Patriots. Es más, si no me creen busquen todos sus récords en internet,  son tantos que no puedo escribirlos todos. Aun jugando en Oakland, un equipo al que nunca quiso mucho registró números muy buenos. Su problema fue que siempre jugó cuando quiso. El mismo lo dijo. La verdad es que sus últimos años fueron deplorables. Nadie entendió porque siguió dando penas con los Vikings (en su segunda instancia), los Titans y los Niners (donde no hizo gran cosa aunque haya jugado toda la temporada), sin embargo se dio por vencido en la búsqueda del anillo y decidió retirarse después de la derrota de San Francisco en el Super Bowl en el 2012. Como haya sido, Moss fue una auténtica barbarie y se merece cien por ciento su lugar en el recinto de los inmortales.

Y el segundo fue Terrell Owens. Ah, ¿Qué decir de T.O.? Del incomparable T.O. Tantos recuerdos. Tantas emociones. T.O. es uno de los jugadores más sentimentales que nos ha tocado ver. Un tipo único, que hizo que todos nos encariñáramos con él, dueño de las celebraciones más espectaculares, de “controversias” (que nunca lo fueron como tales, solo excentricidades). Pero también con una de las historias de la NFL más asombrosas que nos ha tocado ver, que hacia lo imposible por su equipo, que derramó lágrimas por sus compañeros, que jugó con un tornillo en una rodilla el partido más importante de su carrera (que dio uno muy bueno). Y sus números, joder, que números Diosito santo. Lo mismo que con Moss: vayan y miren sus estadísticas, no puedo dignarme a escribir todas. Tal vez su producción de TD no fue tan monstruosa, pero si fue terriblemente consistente. Con decirles que aun jugando en los Bills, a los 35 años puso una jugada espectacular como lo fue un pase de 98 yardas de Ryan Fitzpatrick. Y no hay que confundirse, detrás de todo el asunto de sus bromas, las palomitas o su entrenamiento fuera del campo o lo que fuera, Terrell Owens era un caballero, que se preparó día tras día a dar lo mejor de sí independientemente de la situación. Y su último momento de sinceridad y clase fue justamente en su inducción al salón de la fama: lo hizo lejos de Ohio, en la universidad de la cual salió, University of Tennessee at Chattanooga. En un discurso propio, con corazón, clase y concreto. T.O. es uno de los mejores jugadores de la historia y que nos dejó un gran impacto a todos y cada uno de los que tuvimos la dicha de verlo jugar.


Y bueno, así ha pasado un año más. Que alegría ver el balón volar una vez más, aunque no haya sido la gran cosa. Que alegría ver los bustos de nuevo. Felicidades a todos, con sus rarezas y controversias, una muy merecida clase del salón de la fama. Ahora, a prepararnos para la temporada.

Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales


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