La resurrección
El Domingo fue el día de la
resurrección. Aquellos equipos que creíamos muertos, o que nos dejaron con mal
sabor de boca durante la semana tres se levantaron de al cenizas cual Fénix y
demostraron lo lejos que están de perecer. Y muchos de ellos sí que meten
miedo. Y pongo estas palabras hasta la semana cuatro porque es para mi cuando realmente
empezamos a ver a los contendientes de la liga. El primer mes de competencia
siempre nos impresiona, siempre vemos a un equipo o un jugador (como Ryan
Fiztpatrick) que parece ser la leche y que al final no fue nada más que un
suspiro de los últimos días de verano. Es a partir de aquí que los equipos de
verdad comienzan a arrancar, verlos empezar 2-2 es normal en ellos.
Lo hicieron los Patriots como
solo ellos saben hacerlo: aplastando al rival, fría y meticulosamente, con
jugadas interesantes y jugadores que parecían terminados o que no son la gran
cosa. 38 puntos le metieron a los Dolphins. Porque pueden y porque quieren, con
un Sony Michel que puede convertirse en el ariete de este equipo si sigue
jugando como lo hizo este partido. Lo hicieron una defensa que volvió a ser lo
que era, con un planteamiento perfecto de parte de Belichick. Nos demostraron
como se gana un partido ala Patriot
way, sin sentimientos y directo a la yugular desde el principio hasta el final.
Y de paso bajaron de la nube a los Dolphins, que no son un mal equipo para
nada, solo que están un par de peldaños por debajo de lo que se requiere para
ser un conjunto terrorífico en la NFL.
Del mismo modo pasó con los Packers.
Decidieron volver a los inicios después de un partido difícil contra los
Redskins y se pusieron a correr con muchos jugadores, a pasar rápido y en corto
y lograron así ganar 22-0 a unos Bills inoperantes. Y con una defensiva
terrorífica los Packers se parecieron más a aquel conjunto que ganó el Super
Bowl, serio, con aspiraciones verdaderas y jugando el football de la antigua. Y
claro, con Aaron Rodgers sonriendo, que si él lo hace todo Wisconsin lo hará.
Lo mismo que en Baltimore, los Ravens volvieron a sus principios. En
Pittsburgh, los Ravens se dedicaron a desgranar a sus odiados rivales acereros
como ellos saben hacerlo: controlando el balón, arrancándoselo a los Steelers,
con una defensa férrea, desesperando a sus rivales y adelantándose lentamente
en el marcador. Y lo de los Steelers es preocupante, sin Bell se les ha acabado
la creatividad y quien quiera hacer lo que quiera con ellos. James Conner no es
ninguna amenaza, (o al menos nada muy serio), los jugadores están que se pelean
entre ellos, Tomlin cada vez parece más perdido, Big Ben se vuelve a parecer a
ese jugador que corría por su vida hace unos años cuando su OL era una basura,
está al mismo tiempo no termina por cuajar, sus receptores no crean amenazas…
en fin, todo se ve muy difícil en la ciudad del acero, sin embargo son los
Steelers y ellos, más que ningún otro equipo tienen la suficiente dureza mental
para resucitar de entre los muertos en algunas jornadas, aunque tal vez sea muy
tarde para ese momento. Ah, y ya que andamos con muertos que hablan alguien
pase la receta de Terrel Suggs. Apenas hoy me di cuenta que el animalito tiene
35 años y sigue siendo un referente en su posición en la NFL, ya todos están
tan acostumbrados a su producción ya su
alto nivel de juego que hasta se nos olvida mencionarlo cuando hablamos de OLB
dominantes.
Tuvimos otras micro
resurrecciones, como la de Marshawn Lynch en Oakland, sumó 130 yardas y condujo
anímicamente a su equipo durante el partido contra los Browns. Una vez más los
Raiders nos regalaron un juego entretenido raro y lleno de controversias
arbitrales. Un juego que cuando comenzó el último cuarto los Browns lo ganaban
28-24 y que terminó 45-42. No fue un partidazo, hubo muchos errores y hasta
robos, pero vaya que fue divertido. Y mucho también el ver a Derek Carr de
nuevo lanzando balones a lo loco y tomando el toro por los cuernos. (Que además
montó su espectáculo cuando todo mundo lo daba por muerto en redes sociales).
Claro que tampoco es bueno retar el destino tanto que a este ritmo va a
terminar lanzando unas 30 intercepciones en toda la temporada, pero es bonito
ver de nuevo que el jugador se ve con confianza y que sabe reponerse a malas
decisiones, cosa que le costó mucho la temporada pasada. Y fuera de ello es
bonito ver cómo está funcionando esta ofensiva, como están logrando montar un
juego que es un espectáculo, eficiente e interesante al mismo tiempo. Claro que
es también preocupante que tu defensa no pare ni un carajo, pero si al menos
Gruden descubre que su plan al ataque funciona será una ganancia y puede montar
algo decente para la próxima temporada. ¿Les alcanzará para esta campaña? No lo
sé, creo que perdieron dos partidos que tenían en la bolsa las dos últimas
jornadas y la AFC ya no es tan fácil como hace algunos años, pero todo puede
suceder. Tienen un calendario sencillo las próximas jornadas y pueden terminar
montando un buen susto para el resto de la AFC.
Y de paso hablándole a los
Browns, la verdad creo que los Raiders merecieron más la victoria que ellos, no
por ser mi equipo, sino porque la desearon más. Yo sé que tenían el primero y
diez, pero aun cuando no la consiguieron iban ganando por ocho y era cuarta y pulgadas.
En la vida se tiene que tener huevos de vez en cuando.
Del otro equipo que quiero hablar
son los Titans. El equipo de Tennessee va 3-1 y en la punta de la AFC Sur por
que han hecho algo que nadie ha logrado en dos campañas: ser una fórmula
inexplicable para los Jaguars. Simplemente no les pueden ganar y eso les da una
ligera ventaja aunque los de Jacksonville se ven cada vez más potentes. Los
Titans se han dedicado a ganar como han podido, y aunque ni Henry ni Mariota me
dan seguridad de nada creo que son un equipo que puede resultar bastante
difícil. Y como les digo, saben cómo ganarle a los Jaguars, eso es un auténtico
plus. Además el resto de su división es un auténtico desbarajuste donde los
otros dos equipos se hacen bolas ellos solos.
El último resucitado han sido los
Bengals de la mano de Andy Dalton, otro muerto andante. De nuevo han montado un
show espectacular, un ataque cojonudo y una defensa que hace jugadas en
momentos importantes. Este equipo parece meter mucho miedo… si no fuera porque
son los Bengals y ya deberían saberlo, lo que Cinncy hace (iba a decir Marvin Lewis,
pero da igual), Cinncy dejará de hacerlo. Lo mismo pasa con los Falcons, otro
equipo que anota puntos para perder cualquier partido. Realmente fue un juego
ganado por los primeros por un punto solo porque alguien tenía que hacerlo,
pero ellos podían seguir en su “dale que te pego” todo el día. Igual los
Chargers y los Niners. Ambos hicieron todo lo que tenían en sus manos para perder
su partido, fue hasta eso una pelea entre dos HC mediocres (que Shanahan cada
vez nos va demostrando más que como muchos otros es mejor OC que entrenador en
jefe) y no fue hasta una muy buena jugada de Gordon que pudieron Los Ángeles
llevarse el partido.
A cuatro semanas sin embargo nos
damos cuenta de algo: todo va cayendo en su sitio. Los equipos buenos de
siempre vuelven a serlo, los malos siguen encontrando manera de perder y hay
uno que otro conjunto que se esfuerza por no ser ni muy bueno ni muy malo. La
NFL como siempre rompiéndonos la cabeza.
Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales
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