Mitch Trubisky y Khalil Mack


El Domingo por la noche se dio el juego entre los Bears y los Rams, los primeros ganaron 15-6, parando en seco a una ofensiva demoledora y demostrando que, después de todo, con defensa si se puede vivir. Pero no es tanto el rendimiento de los Bears lo que me interesa, tampoco el de Mitch Trubsiky (el terrible rendimiento) sino el de otro jugador estrella: el de Khalil Mack.




Mack llegó a este equipo un par de días antes de comenzar la temporada en un intercambio con los Raiders de Oakland que les costó dos selecciones de primera ronda, dos de segunda y alguna otra demás. Le dieron un contrato de 140 millones de dólares. De inmediato el equipo pasó a ser otro asunto en la NFL. Ya no era un platillo a medio coser. Era una realidad. Tenía una defensa que línea por línea, jugador por jugador es temible. Tenía una ofensiva reconstruida totalmente, con una línea superlativa, un backfield todo terreno y un grupo de receptores polivalente. La única duda hasta antes del inicio de la temporada era Mitch Trubisky, su quarterback de segundo año que había demostrado buenas cosas bajo el mandato de John Fox pero que se esperaba que sufriera una Goff-transformación trayéndole a Matt Nagy como entrenador en jefe. Y bueno, 3 cuartos de temporada después ha acumulado errores y virtudes. Mientras veía el partido del domingo confirmé algo que llevaba toda la temporada pensándolo: el éxito del trade por Khalil Mack dependerá de Mitch Trubisky.

Porque nadie se ha atrevido a decir hasta ahora que este trade que tanto le está costando a los Bears haya sido un error. No parece serlo, los Bears además de ser un equipo muy completo, son también uno muy joven, que han sabido draftear muy bien y que no parecen tener huecos importantes en su plantilla. Solo tienen un “pero”: dependen (como todos los equipos) de su quarterback. Y aquí va mi principal objeción: yo no creo que la defensa de los Bears sea algo superior en mucho tiempo a muchas otras defensivas. Es más, creo que hasta cierto punto está sobrevalorada. El Domingo dejaron en seis puntos a la mejor ofensiva de la liga (la que venía de anotar más de 50 en un juego), ¿pero es probable que eso vuelva a suceder? Dicho de otra forma. Si los Bears y los Rams se enfrentaran 10 veces, puedo asegurar que se repetiría un rendimiento de parte de los angelinos 2 o 3 veces como el que vimos el pasado fin de semana. De la misma manera que puedo decir que los Cowboys dejarían en 10 puntos a los Saints 2 veces de cada 10 que jugaran. O que los Ravens dejarían en 27 puntos a los Chiefs… y bueno, me entienden. Es muy diferente una defensa que sea consistente y que juegue a la misma intensidad cada partido; como por ejemplo, los Seahawks del 2013, que promediaron un ridículo 13.8 puntos por partido. A bien, una defensa que de un muy buen rendimiento de un juego. Tampoco hay que decir que los Bears se han hartado de detener ataques esta temporada. Le han permitido 31 puntos a los Dolphins, 38 a los Patriots y 21 a los Packers en un solo cuarto. Esos no son grandes rendimientos. Me dicen que esta defensa de los Bears es buena, muy buena, la mejor de la temporada. Pero que está muy lejos de ser de súper élite como algunos quieren verla.



¿Por qué digo todo esto? Porque creo que les será muy difícil ganar en playoffs con un ataque tan inconsistente. Vamos a ver, no creo que la defensa de Chicago sea una muralla caminando, creo que es peligrosa. Que tienen un olfato para los balones y que son capaces de capturar de todo. Pero no es secreto de nadie que Trubisky deja más dudas que otra cosa. El quarterback ha alternado buenas actuaciones con otras bastante míseras, no parece tener el temple de acero. Pero lo peor es que más bien me recuerda a quarterbacks echados a perder, aquellos que tuvieron una primera temporada tan mala, que perdieron la confianza y que han dejado de tener todo aquello que les decían que era grandioso en el colegial, que ya nunca logran arreglarlos. Es el caso de por ejemplo, E.J. Manuel, Sam Bradford, Jameis Winston. O hasta cierto punto Marcus Mariota. Todos ellos son jugadores que los primeros años decíamos “ah sí, ese chico tiene potencial”, pero mientras más pasa el tiempo nos damos cuenta que lo que está roto a veces ya no se puede reparar. Trubisky lleva dos años en la liga pero ya me demuestra eso. Y así en esta época no se puede ganar mucho.

Pero ahora vamos con Mack. Llegó siendo la cereza en el pastel. El que terminó por demostrarle a medio mundo que su peso valía en oro. Pero Mack tiene un problema, muy ligero: su rendimiento depende directamente de lo que haga su equipo. Y ya se los digo yo que lo vi toda su carrera en los Raiders. Su estancia ahí es muy parecida a la de Derek Carr: sus primeros años fueron muy mediocres, y mientras el quarterback mejoró, Mack también. La temporada del 2016 que los Raiders terminaron 12-4, Mack jugó como los ángeles. Pero a partir de la lesión del número 4, el 52 también bajó mucho su nivel. ¿Cuáles fueron sus grandes jugadas el partido de playoffs contra los Texans? Ninguna. Mack no hizo absolutamente nada aquel día.


Khalil Mack es peligroso cuando su equipo va ganando. Roba balones y hace capturas cuando ya va de gane su equipo. Eso a mis ojos le resta muchos puntos. Recuerdo los años malos de los Ravens, y Ray Lewis nunca bajaba su calidad. Recuerdo que Deion Sanders estuvo en equipos muy mediocres, pero ni aun así llego a jugar a nivel promedio. Y lo mismo es con Bruce Smith, Reggie White, Brian Dawkins o muchos otros jugadores defensivos de la élite. Khalil Mack no es de esa camada. Lo se yo que lo he visto toda su carrera. Es un extraordinario jugador, sí, pero no es ni a palos un jugador que marque tanto la diferencia como otros que he tenido la oportunidad de ver. En otras palabras, no pagas tantas selecciones del draft por Khalil Mack.

Para no seguir enrollándolos mucho. La ligera cuestión con este equipo de los Bears es que está hecho para ganarlo todo. Así de fácil y rápido. Y todo el peso del mundo cae en Mitch Trubisky. Si el mariscal sigue con este rendimiento tan pobre va a llevarse de encuentro una plantilla preciosa y a un jugador que ha costado dos o tres drafts, por que la plantilla de los Bears como la conocemos será la misma durante años. Y en eso se pierde mucho. Otra cosa es que los Bears digan después del siguiente año: Trubisky no va por que es malísimo, y a otra cosa mariposa. Hoy por hoy me atrevo a decirlo: los Bears si quieren llegar al Super Bowl tendrán que pasar por New Orelans o por Los Ángeles, y para ser sincero no les veo lo suficiente como para ir y ganarle a cualquiera de esos dos equipos.



Para la mala suerte de Mitch Trubisky, el éxito del canje por Khalil Mack depende de el en casi su totalidad.


Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los Chiefs y su mesías

Previas de comodín (día uno)

La redefinición del quarterback... ¿O del sistema?