Super Bowl LIII
Los New England Patriots se han
coronado campeones de la temporada 2018-2019 al vencer en un apretado y algo desesperante
13-3 a Los Ángeles Rams, en un juego donde Bill Belichick y su staff una vez más
demostraron a todo mundo que tener los pies en la tierra, usar tus principios y
tener las ideas claras son las mejores claves para ganar campeonatos.
El partido comenzó con una serie
muy interesante de los Patriots: acarreos y acarreos y balón en tierra, apenas
Brady intentó un pase y fue interceptado debido sobre todo a un extraordinario
planteamiento de parte de la defensa rival. Pero desde la primera jugada los
Rams se estancaron, o más bien, sufrieron con el acecho del rival. Y es que el
plan defensivo de Belichick desde el comienzo fue una genialidad, y aun con la
salida de su jugador defensivo estrella (Patrick Chung), el equipo siguió
funcionando a las mil maravillas. Después el ataque del equipo azul y blanco
guió hasta el campo rival pero Gostkowski falló un gol de campo que se veía muy
asequible. Se pudo redimir unas series después cuando los Patriots volvieron a
ponerse en una buena posición y así lograron el 3-0, esta vez en el segundo
cuarto.
Entonces el partido de los Rams
se volvió un infernal quiero pero no puedo. Las soluciones no salían por
ninguna parte, Anderson y Gurley estaban enfrascados en el front seven, atrás
ni Woods ni Cooks lograron encontrar un respiro en manos de Gilmore y los
hermanos McCourty, hasta J.C. Jackson dio un partidazo. Una vez más los Patriots
parecía que se acercaban pero volvían a enredarse en las yardas 40-50 rival. El
partido se iba a la mitad 3-0 y no parecía ver un regreso de algún tipo.
Después de un horroroso y desabrido
medio tiempo los equipos regresaron y todos creímos que tenían las ideas más
claras, pero ni fu ni fa, ambos seguían enredándose en las geniales estrategias
defensivas propuestas de los rivales. Los Rams parecían resucitar levemente y
avanzaron, la lesión del safety de los Patriots parecía darles una ventana por
donde trabajar pero una vez más se toparon con una muralla en la yarda treinta
rival donde inclusive un pase a la zona de anotación para Cooks fue muy bien
defendido, así Zuerlerin dejaba un 3-3 que se antojaba justo para lo que habíamos
visto.
Y entonces llegó el cuarto
periodo que se extendió como chicle. De repente ese empate parecía eterno, los
dos equipos querían y no podían, faltaba una muestra una muestra de genialidad,
un chispazo que les diera a cualquiera de los dos el empuje necesario. Esa chispa se
las dio Tom Brady. No tuvo la mejor noche, es de largo la peor final que ha
jugado en toda su carrera y uno de sus peores partidos de playoffs. Pero al
final, como dije antes hizo lo necesario para ganar el partido: un pase
milimétrico, exacto, meticulosos y detallista a Rob Gronkowski que dejó su
equipo en la yarda tres rival. Fue la única muestra de genialidad que le vimos
al número doce de los Patriots en toda la noche, pero esa pincelada de arte fue
lo que necesitaron los Patriots. Segundos más tarde Sony Michel irrumpía las diagonales
para su sexta anotación de estos playoffs y poner adelante a su equipo. Los
Rams entonces regresaron a con todo, dispuestos a encontrar la llave a ese
cerrojo y empatar de una puñetera vez. Pero cuando llegaron a la zona roja
rival Goff lanzó el mismo pase a la misa zona dos veces: la primera fue una
extraordinaria jugada defensiva de los Patriots y la segunda un apresuramiento
de parte del mariscal de Los Ángeles para que Stephon Gilmore, enorme todo el partido y
todos los playoffs, dio un salto enorme y se quedó con el balón en la yarda
seis. Desde ahí Michel, Burkhead y White volvieron a arrastrar todo el equipo
hasta el campo rival, Gostkowski le puso la guinda al pastel con un 13-3 y le
dieron el balón a los Rams en una última oportunidad, estos intentaron lo que
pudieron con lo que tuvieron, pero fue demasiado tarde, Zuerlein falló un gol
de campo que resultó un enorme ejemplo de lo que fue todo el partido: una frustración
continua de parte del equipo angelino y una presión exhaustiva de parte de los
Patriots. El equipo de New England se coronó campeón con justa razón al ser
mejor, por mucho, que sus rivales. Al final una triste imagen de McVay abrazando
a un Goff desconsolado fue el resumen del partido para Los Ángeles.
¿Mi MVP? Stephon Gilmore. Estuvo
todo el partido neutralizando a Cooks y a Woods y le puso la cereza al enorme
trabajo defensivo de la unidad. Pero no se lo dieron y Edelman terminó quedándoselo.
No fue por jugadas puntuales (que en ese caso lo merecía más en el
2015) sino por que arrastró a su equipo, le dio fortaleza y de repente se lo echo
al hombro. Yo no se lo hubiera dado a él, que la OL guió el equipo una y otra vez en estos playoffs, pero esas
cosas no pasan en el mundo real y se ve muy mal en la publicidad. Otra buena
opción hubiera sido Sony Michel, no por su rendimiento durante el partido, sino
por todo lo que hizo durante la postemporada: corrió el balón en 71 ocasiones para 338 yardas promediando 4.76 yardas por acarreo
y anotó en seis ocasiones, promediando dos por juego, una pasada. Pero supongo
que no fue tan constante en el partido.
¿Error de Los Ángeles o buena
función de los Patriots? Poco de ambos. Evidentemente el planteamiento defensivo
de New England fue perfecto, y dejar en tres puntos a los Rams no lo hace
cualquiera y cualquier día (de echo nadie lo hizo en toda la temporada, promediaron 32.9 puntos por juego). La
secundaria jugó un partido extraordinario y el front seven confundió con
cualquier cantidad de cargas y presiones a Goff quien estuvo perdido todo el partido.
Otra cosa fue que se dieron cuenta los Rams no tenían mucho en el medio del
campo. Pusieron a sus jugadores a defender a zona profunda (que al parecer es lo
único que se le ocurre a McVay) y Goff nunca encontró soluciones. La falta de fullback
también tuvo mucho que ver. Ni Anderson ni Gurley encontraron muchos espacios y
en parte fue la falta de empuje que si encontró, por ejemplo Michel y Burkehad en Develin. Todas las revoluciones de McVay terminaron
quedándose en nada frente a la frialdad y ejecución de Belichick. Sin duda alguna, su juego del día de hoy debe pasar a la historia de los Super Bowls como uno de los mejores que la liga ha presenciado.
La otra cosa que le noté fue que
el ataque de los Rams nunca encontró un cierto ritmo. Y no hablo solo del
excelente trabajo defensivo, sino que se nota cuando un equipo nunca entra en
calor: no se ven a gustos, están enojados o distraídos, parecen no tener ganas
de jugar, y así se vieron los Rams. A ser sincero McVay me
decepcionó mucho con la falta de ajustes que realizó en el curso, una
vez que vio que el intento de balanceo del plan de juego no resultó trató de cargar gran parte del juego en Goff pero con típicas jugadas de morir matando:
pases muy arriesgados y largos de 15-20 yardas. Nunca logró encontrar un
playcalling eficaz para su personal ofensivo junto a lo que New England estaba
mandando.
Ahroa la pregunta del millón, ¿Qué
le sucedió a Brady, porque nunca encontró ritmo? Bueno, en la previa dije que
Wade Phillips era capaz de montar un plan defensivo eficaz contra los Patriots,
así lo hizo, se vio muy destanteado, como en los días contra los Broncos, y que
era porque New England estaba jugando con todo lo que tenía. Literalmente, es
un equipo en pelotas, también dije que es la peor versión que hemos vistos en
el Super Bowl de ellos y no me arrepiento, es un equipo a medio hacer, con buenos
elementos y muy bien entrenado, pero literalmente, no tenían receptores, lo que
era una broma en offseason se convirtió en la realidad. Edelman y Gronkowski
sumaron dieciséis recepciones, Patterson, White y Burkhead las otras cinco.
Edelman tuvo diez no porque fuera el más desmarcado, sino porque era el único,
Gronkowski se dejó el alma en cada jugada bloqueando y recibiendo y demostró
que el equipo necesita un refresh total en su cuerpo de receptores. Una vez que completó el pase al número 87 no volvió a realizar un intento mas. Brady no
encontró ritmo toda la noche y aunque su línea ofensiva jugó (una vez mas) a las
mil maravillas sintió la presión todo el partido. La otra cosa fue, que dentro
de lo que cabía el plan ofensivo de los Patriots fue extraño, James White, un
tipo que sumó 87 balones toda la temporada regular, tocó apenas tres pelotas en
todo el juego para nueve yardas. No hubo, con algunas excepciones, jugadas de
engaño, factores sorpresa o alguna otra cuestión. Fue un juego muy normalito en
ideas ofensivas. Mi impresión el final del partido fue que Belichick se esmeró
mucho en su plan defensivo y se dio cuenta que las fortalezas defensivas de los
Rams son las debilidades de su quarterback, por eso prefirió plantear la cara
con su una y hacer lo suficiente con la otra.
Y ahora el resumen. Fue un
partido muy interesante por la cuestión de choque de estilos, pero es un tema
que prefiero analizar en la offseason puesto que no me quiero seguir alargando,
y que indudablemente nos dejó una sensación agridulce. Un juego muy frío en
cuestión de emociones, que a menos que seas hincha de alguno de los dos
conjuntos no nos presentó muchas impresiones fuertes. Y en total se sintió como
el fin de una temporada que me dejo un cierto gustillo amargo por el nivel de
football que vimos. Es curioso que después de ver tantos juegos y equipos
anotando tantos y tan variados touchdowns, de tantas maneras, y con tantos
jugadores, después de tantos puntos, terminamos viendo un partido con tan pocas
anotaciones. Es la magia del football de antaño. Ahora, muchas gracias por
acompañarme estos meses, por seguir leyendo y darme tan buenos comentarios, se
los agradezco a todos y los invito a seguir acompañándome en esta offseason
donde hay muchos temas de los que hablar: los Kansas City Chiefs y su futuro,
los coaches tan ofensivos que están llegando, el mierdero en el que parece que
se está convirtiendo Green Bay y muchas otras cosas más. Además de que se
avecinan cambios importantes para la página. Que tengan buen receso de
temporada y un abrazo. Mientras tanto enhorabuena para los Patriots con su
sexto anillo.
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