Matrimonios difíciles

Lo que están a punto de leer es un intento de mi parte de entender y apoyar la decisión de los Jacksonville Jaguars de darle una extensión de contrato a Blake Bortles para los próximos 3 años hasta el 2020 por 54 millones de dólares que pueden convertirse en 66.5, con 26 millones asegurados. Si es que claro eso tiene sentido, bueno pues, vamos a eso.



Medio mundo nos quedamos asombrados, pasmados, horrorizados al ver la cantidad exorbitante que recibió Bortles debido a lo que demostró el año pasado y en toda su carrera en general. Me he sorprendido que si se fijan en comentarios de redes sociales podrán darse cuenta que nadie entiende esta decisión, ni los más grandes fanáticos de los Jaguars. Y bueno, hay que entender a Blake Bortles. A decir verdad fue echado a perder, por Gus Bradley y su ineptitud para dirigir un equipo de football americano, por haberlo enfocado durante tres años a hacer chorradas sin parar. Durante 3 años consecutivos se la paso cagandola, a pesar de tener un año decente en el 2014 de más de 4,400 yardas con 35 pases de anotación; Bortles acumulaba muchas estadísticas en los minutos basura. Aun así aquel año tuvo buenos momentos y en general parecía ser un buen futuro. Pero el 2016 fue un retroceso a lo bestia. 12 pases de anotación menos lo dejó en claro. El 2017 fue algo mejor con un ratio de TD-INT de 21-13. Sin embargo el daño estaba hecho: cuando debía demostrar que su equipo podía confiar en él se veía como el antiguo Blake Bortles que entregaba balones por doquier y se hacía bolas consigo mismo para tomar decisiones.

Evaluar la temporada de los Jaguars es un poco difícil. Desde el principio Marrone dejó en claro que buscaría correr todo el partido y fue lo que hicieron un tiempo. Sin embargo este tipo de declaraciones afectan la confianza en tu mariscal de campo. Y así fue, se pasaron las primeras semanas corriendo a lo loco, y ganaban a gusto, claro que lo hacían. Defensa y carrera, así vencieron 30-9 a los Steelers en Heinz Field en la semana 6. Sin embargo poco a poco le fueron soltando el balón a Bortles. Le fueron dando más confianza y este iba dando dividendos. Hubo un antes y un después en su temporada con la lesión de Fournette en la semana siete. A partir de ahí el corredor fue una sombra de lo que había demostrado en sus primeros partidos y Bortles tuvo que comenzar a soltar el brazo. Sin embargo tuvo una temporada esperanzadora, Bortles demostró destellos y lo que fue un 4-3 se transformó en un 10-4. Para ser más precisos entre la semana 10 y la 14 dio excelentes partidos con decisiones muy interesantes. Creo que su mejor juego para mí fue el que brindó contra los Seattle Seahawks donde deshizo de cualquier manera a una gran defensiva secundaria. Y la verdad lo hizo además con un cuerpo de receptores paupérrimo. Su mejor receptor, Allen Robinson (que tampoco es mucho) tuvo la lesión de ACL en la semana 1 y se perdió el resto de la campaña. Después se las arregló con Keenan Cole, Didi Westbrook y Marqise Lee. Ninguno gran nombre. Simplemente tipos cumplidores. Sus espaldas que fueron cubiertas por Fournette e Ivory tampoco fueron una garantía de durabilidad, se perdieron distintos partidos a través de la campaña. Así que la verdad es que Bortles tuvo que arreglárselas como pudo con lo que tenía durante todo el año. Eso y que Nathaniel Hackett, su coordinador ofensivo eligió durante toda la campaña múltiples decisiones muy prudentes, corriendo de cualquier manera y usando a sus jugadores de cualquier posición. Todo esto aderezado con unas cuantas genialidades a los equipos especiales hizo de los Jaguars un equipo peligroso y completo. Y en el centro estaba Blake Bortles quien como podía le daba lo que su equipo necesitaba. Hasta que llegó la infausta semana 16 en contra de los 49ers. Justo cuando pensaba que Bortles había logrado un cambio en su juego y se transformaba finalmente en un QB genial, lanzó tres intercepciones, un pick six y se vio como el mariscal inexperto y con fallas mentales de años anteriores. La historia en playoffs ya la expliqué en sus respectivos artículos. Durante eso tres juegos Bortles dio probablemente los juegos de su carrera, sin embargo no fueron los suficientes. Él no fue el culpable de la derrota de su equipo, pero sí de que no haya ganado. En realidad sus dos errores fueron dos malos pases en la serie final contra los Patriots: un pase retrasado para Didi Westbrook que si este lo hubiera recibido pudo haber recorrido sin problemas hasta la zona de anotación. Del mismo modo un mal pase para Fournette le impidió al corredor avanzar hasta la zona. Eso es todo, dos malos pases que marcaron los playoffs del 2017 para los Jaguars.


Como dije Bortles tuvo sus destellos, su problema es que cuando es malo es muy malo, es terrible y da pena verlo jugar. Sin embargo cuando es bueno es muy bueno pero no termina de ser lo suficientemente bueno como para guiar a su equipo al juego grande. Sus estadísticas solo respaldan las palabras en su contra. Ha lanzado 90 pases de anotación en sus cuatro años de la liga, nada mal, pero tiene 64 intercepciones promediando 16, si, leyeron bien, dieciséis intercepciones por temporada. A pesar de que el año pasado completó el 60 por ciento de sus pases tuvo 13 entregas de balón por la vía aérea. Simplemente no puedes dignarte a tener un buen año con esos errores. Porque además Bortles es el tipo de jugadores que comete errores en los momentos menos oportunos. No es como Tony Romo que lanzaba intercepciones en la yarda 30 de su propio campo cuando el juego va 24-24. A Bortles lo que el pasa es que lanza una intercepción cuando su equipo va 24-17 en campo rival, ese tipo de errores son los que suele cometer. A mí me recuerda mucho a Brad Johnson, un tipo con cualidades promedio que nunca fue la gran cosa pero que su entrenador, (Jon Gruden) supo aprovechar al máximo. Tuvo temporadas muy decentes y cumplió unos muy buenos playoffs el año en que los Bucs quedaron campeones. Igual que Johnson, Bortles tiene huevos, corre si debe hacerlo, tiene brazo y pasa cuando lo necesita, toma decisiones y sabe leer relativamente bien el campo y las defensas contrarias, pero además se recarga en un juego de carrera que definitivamente cumple de sobra. El problema es que sin ese juego de carrera y en situaciones contrarias termina fracasando.


Ahora bien, veamos por el lado de los Jaguars. Cuando nos ponemos a pensar en el mercado de QB’s, (Kirk Cousins, Nick Foles, Sam Bradford, Case Keenum) podemos notar que la mayoría van detrás de un gran contrato o piden mucho a cambio de ellos sus equipos actuales. Regresamos a ver a los Jaguars y vemos que tipo de equipo son y nos preguntamos, ¿realmente vale la pena tener un QB como Cousins que costará probablemente 15-20 millones, en un equipo que corre 30-35 veces por juego?, ¿Vale la pena cambiar tus primeras selecciones de dos drafts por Nick Foles? Y es cuando caes en cuenta que Blake Bortles es el tipo de jugador que necesitas que comande esta ofensiva, probablemente Bradford o Keenum pero ambos son muy grandes como para pujar por ellos en la agencia libre. Es mejor que volteemos a ver el mercado de receptores y alas cerradas y hay cosas interesantes: Mike Wallace, Torrey Smith, Erick Decker, Sammy Watkins, Paul Richardson y los aún sin firmar Marqise Lee y Allen Robinson. A la posición de TE están Jimmy Gaham, Trey Burton y Tyler Eifert. Pienso que el grupo que tienen los Jaguars actualmente son buenos, simplemente les falta destellos de grandeza. Me recuerda más al de los Eagles del año pasado.


Yo creo que Tom Coughlin y Doug Marrone se asomaron a la agencia libre, evaluaron lo que hay en cuestión al quarterback y a receptores y se dieron cuenta que Bortles es, en el fondo, una buena opción para los Jaguares de Jacksonville, que es mejor rodearlo de buenas armas y seguir trabajando en la defensiva.

Vaya, acabando de leer estas líneas solo me digo a mi mismo que dentro de todo, la firma de Bortles tiene sentido. Es un contrato corto que si no da el resultado esperado en tres años pues se acabó y ya. La verdad es que Bortles me hizo soñar este 2017 que sería un QB bueno, y de a ratos lo fue. No me atrevo a decir “apoyo esta decisión” porque no es un mariscal magnífico, pero tampoco quiero decir que salgan a la búsqueda de otro quarterback. Hace poco leí un twit de JM Villalebeitia muy atinado: los Jaguars y Bortles son ese matrimonio donde ninguno se quiere pero debe seguir juntos. Vaya pues.

Twitter: @nflagainst


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