La batalla de la AFC

En Foxborough, al otro lado de la galaxia, desde su estrella de la muerte, Bill Belichcik espera, con sus manos metidas en su vieja sudadera raída, con su mirada impenetrable, con su pose mística y oscura, con la cabeza levemente inclinada hacia abajo; Belichick, el viejo lobo de mar, el más grande entrenador desde Bill Walsh, el tipo que se la sabe de todas, que el cielo se ha inclinado para ayudarlo, el que resucita y saca soluciones imposibles, Belichick espera a sus rivales del próximo Domingo. (Y menciono, si van a insultarme u ofenderme favor entonces de abstenerse a seguir leyendo esta entrada, que yo no creo en el spygate, ni en el deftlagate ni en nada de esas cosas).



Ha ganado más que ningún otro entrenador en jefe. Registra más de 11 victorias desde el 2003 siendo esta la única temporada que ha tenido menos de 10 victorias como entrenador de los Patriots. Lleva siete finales de conferencia consecutivas y ha llegado a 12 en su vida. ¿Qué ha hecho, cuál es su secreto? La verdad es que nadie lo sabe. Nadie tiene muy bien en claro cómo ha sacado el rendimiento de tantos jugadores que en otros equipos han sido basura, o como logra recordar viejas soluciones que parecía que las teníamos olvidadas. Nadie sabe cómo logró tomar un chico escuálido en sexta ronda y convertirlo en el QB más ganador de todos los tiempos. Esos son los secretos, esos y más de Bill Belichick. 

Pensar en sus partido es complejo, a mi simplemente se me hace muy difícil descifrar la cantidad de ajustes que hace en la marcha. Ver cómo cambia tanto de plan ofensivo de una jugada a otra, tanto a la defensiva como al ataque como a los equipos especiales, Belichick siempre encuentra una genialidad. Hablar de los Patriots a estas alturas esta de más. ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya? No hablamos de un equipo desconocido, que no sabemos cómo juega o a lo que va. Hablamos de los Patriotas de Nueva Inglaterra.

A través de los años han ganado y jugado contra equipo muy buenos: los Ravens, los Steelers, los Colts, los Broncos. Pues bien, me atrevo a decir que si hay un equipo que vaya a enfrentar alguna vez que pueda llegar a ser un cerrojo para la mente de Bill Belichick es justamente sus rivales del Domingo, los Jacksonville Jaguars del 2017. ¿Por qué? Porque nadie entiende a ese equipo, ni nosotros lo hacemos ni ellos. Nos dejaron atónitos toda la temporada regular. Los llamamos un equipo defensivo, corredor, que aprieta mucho y tiene dificultad para anotar. Pero eso no le quita que anotó más de 30 puntos en cinco ocasiones, que Blake Bortles a pesar de sus limitaciones y horrores que despierta también ha sabido tomar decisiones magníficas, que se las ingenia para anotar puntos y que el ataque en general encuentra alguna manera de marcar diferencias.

Y lo mismo sucede con la defensa. Decir que es la mejor de la competencia es estar equivocado, despertaron terrores en ofensivas rivales, sin embargo varias veces permitieron una gran cantidad de puntos y aunque tienen la habilidad de robar balones también pueden recibir daño por doquier. Sin embargo el peligro de este equipo es su imprevisibilidad, simplemente no sabes que cara te pondrán un día. Tal vez la defensa se dedique a asaltarte con diez sacks o tal vez robe balones, o tal vez la ofensiva te anote más de 30 puntos. Nadie lo sabe. Es por eso que este equipo me parece tan extraño y tan difícil de descifrar: se dijo “seguro Pittsburgh los deshace al ataque”, y pues lo hicieron. “Seguro Blake Bortles la sale cagando como siempre”, “seguro el ataque terrestre no será suficiente”, “seguro sus WR se les caerá todo” una y otra vez repetimos las mismas oraciones no solo contra Pittsburgh sino durante toda la temporada. Una y otra vez nos equivocamos, no porque los Jaguars jugarán como los ángeles, sino porque encontraban la manera de demostrarnos nuestro error.
Porque detrás de todo esto está una mente que fue capaz de hacer brillar este talento: su nombre es Doug Marrone.


Marrone lo tenía claro desde el principio y lo dijo: el equipo está para correr todo el juego. Y así lo han hecho, una y otra vez. Y es ahí donde radica lo extraño acerca de estos Jaguars: Marrone no pone todo en el asador. Lentamente va sacando jugadas, drives y decisiones a través del partido que ponen en jaque al rival, no está apegado a ningún guion y si lo está entonces es muy raro. Porque así fue como vencieron a los Steelers, con un pase a su FB que nadie se veía venir, sorprendiendo con T.J Yeldon en jugadas de tercer down en el tercer cuarto, dándole el balón a Bortles… los Jaguars juegan bien y bonito. Y juegan a lo que quieren. Todo el juego contra Pittsburgh se la paso inmóvil, duro como una piedra observando, sin apartarse de su plan. Y hay otra cosa acerca de estos Jaguars; los comparé en la entrada anterior acerca de la ronda divisional a los mismos Patriots que se plantaron en Heinz Field a ganarles a los Steelers hace más de 15 años. Pues lo mismo, creo que son un equipo joven, con ganas de matar y que la vida no les importa, viven en la cima del mundo y de ahí nadie los va a bajar. Pero aun así se juegan la vida en el Gillete stadium y lo que se necesita es pasión, pantalones y cabeza, y tienen de los tres.


Yo creo que el juego del Domingo, (a diferencia del que veremos en la conferencia Nacional), será un juego de mentes, donde todo se decidirán según como sus HC vayan ajustando todo según el transcurso del juego. Creo que será un deleite, pero no un partido sencillo para ninguno de los dos. Y yo no sé ustedes, pero yo me estoy relamiendo los dedos.

Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales

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