Previa de la final de la NFC
Si en Foxborough veremos una batalla de mentes brillantes
por el título de la NFC, en Philadelphia vamos a ser testigos de una batalla a
pura fuerza. Los dos equipos más completos, y probablemente los mejores, de
toda la temporada se enfrentaran en lo que será la definición por el pase al
Super Bowl. Hablamos desde luego de Eagles y Vikings.
Vikings e Eagles, Eagles y Vikings, dos franquicias
perdedoras por antonomasia, lo suficientemente buenas para no ser parte de la
masa humillante de la NFL como los Lions o los Cardinals, pero nunca tan
grandes como para lograr la gloria como los Steelers, los Cowboys o, en épocas
anteriores, los Raiders. Dos equipos que se han quedado en la orilla, que para
ellos ser derrotados es parte del proceso. Por goles de campos fallidos de 27
yardas. Por juegos malos de parte de sus QB’s, por cualquier cosa, Minnesota y
Philadelphia son equipos de gran tradición y fuertes bases de fanáticos, pero
también de grandes decepciones y de historias accidentadas.
No me apetece hablar de sus entrenadores en jefe, aunque quiero hacerlo me parece ue es material para otras entradas. Ambos equipos, curiosamente se enfrentan probablemente cuando
menos lo merezcan: en un momento que unos pierden a lo que parecía ser su
mejor mariscal desde 1980 y otros que ganan por una jugada milagrosa en los
últimos segundos. Y ambos se enfrentan además por dos jugadores que llegaron a
estar en el mismo equipo y que su carrera por poco y es terminada por Jeff
Fisher: Case Keenum y Nick Foles. No tengo mas que decir acerca de este tema,
vean reportes de NFL.com, as, ESPN y encontraran suficiente información acerca
de la historia extraña de estos dos. Yo creo que los dos equipos demostraron lo
suficiente durante la ronda divisional como para saber que merecen estar aquí:
los de la ciudad del amor fraternal por un lado sacaron su cara enjundiosa, su
inteligencia y su pasión y aunque sufrieron, lograron mantener a raya lo suficiente
a uno de los equipos más tácticos de la liga. Los Vikings, con sus limitaciones
lograron por otro lado vencer a los Saints, gracias a milagros o no, les
ganaron y es lo importante. Importante es también que llevan más de un año sin
su QB titular, que a principio de la temporada lo que parecía ser una lesión de
poco daño a Bradford terminó por convertirse en la loza que ya le conocemos, y
que han jugado con su tercer QB desde la semana tres, un tipo que además viene demostrando
lo suficiente toda la temporada para ser titular el año próximo, pero que
además ya dejó en claro el Domingo que no es raro que se equivoque y en serio. Keenum tiene un grupo ofensivo temible. El fin de semana fue el resumen de la temporada de sus receptores: manos seguras y piernas veloces. Su backfield, aun sin Delvin Cook es temible, su línea es potente. Su defensiva cierra autopistas, pero como ya dejaron en claro pueden perder la cabeza y muy rápido.
Los Eagles por otro lado tuvieron una temporada sólida,
llegaron a marcar 51, 31, 43 puntos. Su defensiva dejó en ridículo a algunos de
los mejores ataques terrestres de la liga y al ataque demostraron sutileza,
habilidad, frescura y fiereza. Todo iba en boca para el equipo de los Eagles,
hasta la lesión de Carson Wentz. Para mi Wentz fue el mejor quarterback de la
competencia y con justicia. Jugaba con frescura, con alegría, hacia todo bien:
pasaba a lo largo, rolaba, corría, mandaba señales. Wentz era una bestia y solo
un descalabro contra los Seahawks fue el único error en su temporada 2017. Y entonces
llegó el fatídico juego contra Los Angeles Rams en donde salió a correr
intentando entrar a la zona de anotación recibiendo un golpe que le rompió los
ligamentos cruzados y lo marginó hasta la próxima campaña. Para muchos el
equipo parecía desmoronarse y temíamos por un fracaso apantallante. Pero los
próximos tres partidos nos demostraron nuestro error. Aunque Foles no ha jugado
de la mejor manera su defensiva si lo ha hecho, sacando varias veces la casta y
dejando en rendimiento ridículos a sus oponentes. Y no solo eso, tampoco juegan
como si no supieran lo que está sucediendo o como si tuvieran presión, juegan
con soltura y dándole poca importancia al asunto.
Juegan en Philadelphia además. Esto puede parecer una ayuda
a los Eagles, pero la realidad no lo es tanto. Los fanáticos del equipo se
identifican por ser muy difíciles, piden con desesperación un título y son
capaces de amar a su equipo, pero abuchearlo apenas las cosas van mal. Cuando
Atlanta anotó y se fue arriba 7-3 en el marcador el pasado sábado el estadio enmudeció
unos minutos, quedando helado ante lo que sucedía. Esta presión puede ser muy
fuerte.
Y aun así creo firmemente que este juego será de muy pocos
puntos. Desde los ya muy lejanos juegos de los Steelers en contra de los Ravens
de la década pasada que no recuerdo dos defensivas tan bravas enfrentándose, es
más, me atrevo a decir que este juego puede terminar sin anotaciones. Y como
dije en el primer párrafo no creo que este juega se defina en las bandas, creo
que será poder contra poder. A final de cuentas creo que los dos equipos son
muy parecidos y todo puede recaer en Case Keenum y en Nick Foles.
Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales
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