Momentos grabados

Hay momentos que se quedan grabados en la retina, congelados. Este fin de semana la NFL nos regaló varios de esos. Esos que cuando nos preguntan ¿Por qué te gusta el football americano, un juego tan aburrido como tantos tipos moviéndose entre tantas reglas? Pues les decimos, es que tienes que ver los juegos del segundo fin de semana de Enero, solo ahí lo vas a entender.



Nos regaló esos momentos que nos quitan el hipo, que nos hacen suspirar, que nos deja helados frente al televisor tapándonos la boca y con los ojos como platos, repitiéndonos, “no me lo puedo creer” y viendo las repeticiones, creyéndonos árbitros, pensando que nuestras decisiones en la banda hubiera sido mejores o cuestionándonos porque nadie se fijó en esos o por que no hicieron aquello.
Nos regalan a Julio Jones bajando balones imposibles en cuarta oportunidad. Nos dan recepciones rocambolescas que les llegan de rebote, nos dan carreras imposibles, murallas que se levantan como en China para darle tiempo a sus guerreros. Nos regalan carreras magníficas, inolvidables de Leonard Fournette, tomas y dacas sin piedad, nos regalan a Drew Brees siendo Drew Brees. Nos regalan a Stefon Diggs anotando en jugadas imposibles con cero segundos en el marcador.

No tengo la menor duda, esta es la mejor temporada que he visto en mi vida. He visto tantos juegos, tantas jugadas y tantos jugadores haciendo cosas imposibles que no me queda de otra que sentirme satisfecho. Y este fin de semana nos regaló cuatro partidos, tres de ellos los podemos guardar como oro. Todo comenzó el sábado en la campaña naval que significó el Eagles-Falcons. Un juego que decepcionó a muchos ante la inoperancia ofensiva de las dos escuadras. Pero a mi me encanto, vimos a un conjunto de Atlanta jugando con la experiencia de veteranos y siendo precisos en cada uno de sus movimientos, sin querer olvidar su plan de juego que enfrente tenían a unos chiquillos rebeldes que poco les importo su rival, los Eagles no les importa nada, se sienten y saben que fueron el mejor equipo de la competición, siguieron su plan de juego, tuvieron los huevos y ganaron. Fletcher Cox se crecía como el jugadorazo que es partiendo la línea ofensiva una y otra vez y nunca dándole espacio a Davonta Freeman. A un Nick Foles que sabía a lo que iba y lo hizo bien. Los Eagles jugaron un partido excelso con alegría, pasión e inteligencia, y a día de hoy sigue levantando ánimos y análisis concienzudos. Pero el partido no podía ser tan fácil como los de Philadelphia ganando tan fácil con su defensa. Se debía sufrir, como dice Ernesto Jeréz. El sufrimiento viene incluido. Con todo y una conversión en cuarta oportunidad de parte de Julio Jones. Pero los Falcons como todo el equipo digno que son murieron a dos yardas de la zona prometida, con una jugada que pocos se explican pero que cuando al pensamos mucho y la vemos de nuevo nos damos cuenta que, simplemente los Eagles fueron mejores.


Al siguiente día vimos un Jaguars-Steelers que va a marcar épocas. Cuando lleguemos a viejos podremos decir "yo vi cuando los Jaguars le metieron 45 puntos a los Steelers en Heinz Field". Algunos decían que sería una paliza de parte del equipo acerero, otros que los Jaguars aguantarían pero al final simplemente caerían frente a las embestidas de sus rivales. Nada de eso, Jacksonville se plantó con huevos, una sonrisa de bravucones confiados en uno de los campos más místicos y difíciles de toda la NFL y una y otra vez, casi sin inmutarse anotaron, les pasaron por encima, con la soltura de los equipos que caen mal por fanfarrones. Les anotaron como quisieron y cuando quisieron a los Steelers. Fournette corría como los ángeles, la línea ofensiva protegía y se crecía cuando quería, Yeldon se convirtió en una pesadilla recibiendo. Bortles conseguía, con frialdad y con tranquilidad esos terceros downs. Ahí donde no tienes suerte, donde se forjan los campeones, donde necesitas tener hielo en la sangre. Blake Bortles cumplió el partido de su vida, completó muy pocos pases, pero cuando los vemos bien nos damos cuenta que tomó decisiones perfectas: su pase que rompió el cielo, perfecto, su pase a su FB, hermoso y con toque, sus pases en tercer down, sin achicarse. Y la defensa de los Jaguars imponente robando balones y haciendo tackleadas salvadoras.


Pero los Steelers son un equipo místico que no se van hacia atrás y nunca se da por vencido. Dos veces Antonio Brown demostró porque se está convirtiendo en una leyenda a pasos agigantados. Rompió las defensas y le regresó la esperanza a sus aficionados. A este punto nadie dudaba de la defensa de los Jaguars, pero al final se rompió ante la perfección de Big Ben, Bell y Brown, ni ellos pudieron detener el huracán. Tenía que responder Bortles, y lo hizo, vaya si lo hizo. Lo hizo Marrone con su calma, sin inmutarse y mandando jugadas precisas, lo hizo los equipos especiales de los Jaguars con su buen entrenamiento, fue Jalen Ramsey con su superioridad como el mejor coernerback en años que se plantó a Antonio Brown y lo silenció al final del cuarto periodo, lo hizo Fournette…  lo hicieron los de Jacksonville porque simplemente son un mejor equipo. Ahora van a Foxborough en un partido que pocos esperaban pero que saltan chispas desde ya. Porque hace poco más de 15 años unos jovenzuelos y rebeldes Patriots se plantaron en Pittsburgh con una sonrisa de idiotas a ganarles y avanzar al Super Bowl. Aquí señores, hay historia.

Y por si no fuera poco, por si ese toma y daca, ese marcador psicodélico que resultó el 45-42 del mediodía en Heinz Field no era suficiente, lo que se vivió en Minnesota nos dejó a más de uno sin uñas y con el corazón en paro. El primer cuarto sucedió perezoso, los Vikings demostrándonos porque son la mejor defensa desde los Buccaneers del 2002, (a mis ojos), dejando en ridículo a Drew Brees y con su ataque que desarbolaba la buena defensa de los Saints. Igual el segundo. Pero al final la sangre de campeón se siente y Brees regresó. Tornó el partido en un toma y daca y los Saints se volvieron un huracán que revolvió el estadio completamente. 24-23 pusieron el marcador.

A mí los Saints nunca me decepcionan en playoffs, siempre que pierden lo hacen de maneras dignas en juegazos, contra los Niners, contra los Seahawks, (dos veces), y ahora esta vez. Y en ninguna ha sido culpa de Drew Brees. El QB ha encontrado siempre la manera de poner a su equipo a ganar sin importar lo difícil que pinta el panorama. Nunca pierden por su culpa. Y en todos esos juegos recordamos cosas dignas de documentales acerca de hazañas deportivas. La carrera de Marshawn Lynch, The Catch III, y ahora la atrapada de Stefon Diggs. Pero Brees siempre deja a su equipo en la mejor posición para ganar y lo hizo esta vez, con una paliza brutal, con su kicker fallando, con un cuarto down, con un… etcétera y etcétera, el QB hizo lo suyo.

Y algo les diré, sé que ya hay mucha especulación acerca de la falla enorme de tackleo de parte del defensor de los Saints, (que lo fue, sin duda alguna), pero también hemos visto a muchos jugadores fallar en jugadas parecidas, hemos visto a otros resbalándose sin saber muy bien porque. La jugada de Diggs será recordara para la posteridad por que rompió con la maldición de los Vikings, de ser el equipo que pierde por cualquier error, que son víctimas de las jugadas imposibles y ridículas, que en el aire se pudo dar la vuelta y continuar el paso que llevaba. Fue mucha suerte y mal jugada de los Saints, pero también una jugada mística que se necesita para cerrar un gran juego. Y si fue error o no, ¿a quién carajos le importa? Cerró un gran partido y eso es lo importante.


Y solo para no dejar de mencionarlo. ¿Hubo alguien que se esperaba que los Titans ganaran en el Gillete el sábado? Dios, que espanto de partido, hasta me deprimió el día. Ya hay mucho que hablar acerca de Tennessee pero por ahora solo se puede decir que los Patriots tienen bien merecida su séptima final de conferencia, y que será un juego de chispas lo que veremos el próximo domingo.



Y así ha terminado este fin de semana, el más bonito y hermoso de todo el año, el que más emociones despierta. El que nos hace recordar porque estamos enamorados de este juego. Que nos recuerda su hermosura y gloria a través de esos momentos mágicos que se quedarán grabados en nuestra memoria, tales como el de Stefon Diggs y su gran sonrisa.

Correo: franciscolozano1321@hotmail.com / Twitter: @clarkmorales

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los Chiefs y su mesías

Previas de comodín (día uno)

Por que los Saints perdieron el partido