Jared Goff y el destino


Jared Goff la ha de estar pasando mal. Tiene el semblante serio, desde la salida de Cooper Kupp ya no se parece a ese jugador invencible de los primeros meses de la liga y ha de tener mucha presión sobre sus hombres. Y es que les diré algo, de todos los jugadores que formarán parte de la Super Bowl este Domingo Goff es probablemente el tipo más preocupado y a quien más estarán mirando, de los dos equipos. ¿Los Patriots? Todos esos se sacuden la presión como si fueran plumas de tanto estar acostumbrados a jugar partidos importantes. A ellos el jugar una final más no les hace ni cosquillas. En el bando de los Rams presenta a muchos jugadores ya consolidados: Brandin Cooks ha costado primeras rondas y tiene su dinero. Todd Gurley es uno de los mejores jugadores ofensivos de toda la liga. Aaron Donald y Ndamakung Suh no tienen que demostrarle nada a nadie. Aqib Talib y Marcus Peters suman experiencia y capacidad aunque se les vaya la cabeza de vez en cuando. Andrew Withworth es de los mejores en su posición y C.J. Anderson ya ha ganado un Super Bowl. El único que debe demostrar su valía aquí es Goff.


Y no la tiene nada fácil. Tiene tras de sí un peso enorme en una franquicia que a menudo se nos olvida que ha tenido extraordinarios jugadores en toda su historia, y por donde se les busque: tackles, corredores, defensivos, quarterbacks, receptores y demás. Los Rams son una franquicia gloriosa que a menudo no recordamos mucho. Es el primer pick global de hace tres años y su temporada rookie vivió un infierno con Jeff Fisher de HC. Le han traído un entrenador para él, le han construido un equipo ofensivo para él, han adaptado todo para que Jared Goff tenga éxito, y vaya que lo ha valido.


El año pasado nos sorprendió pero no terminamos de creérnoslo, en realidad veíamos lo que nos esperábamos de un quarterback muy bueno con un buen entrenador en la banda. Debíamos ver más, debíamos ver algo fuera de este mundo, el futuro de la liga, lo que esperaríamos de un primer pick, alguien que él cambie la imagen a la franquicia. Este año Goff lo comenzó a lo grande, completando y lanzando cualquier cantidad de pases en todas formas y maneras. Demostró tener la pose de los buenos. Bajó su nivel un poco en la segunda parte de la temporada pero regresó en estos playoffs cuando su equipo lo necesitaba. No hablo del partido contra Dallas que aunque fue bueno no terminó de ser tan definitivo. El partido contra New Orleans sí que de aquellos que marcan carreras. Después de una primera mitad muy difícil regresó en el tercer y cuarto periodo e hizo lo que se le pide a los grandes: dirigir a su equipo a la victoria. Regresando de dos desventajas de más de diez puntos, con la vibra de los quarterbacks geniales que caracteriza a otros como Brady o Montana, Goff se echó el equipo a los hombres y procedió a completar y encontrar la salida a cualquier tipo de problemas, desde downs largos y poco tiempo, hizo lo que se le pide a un primer pick global.

Jared Goff tiene la mirada y la pose de los que llegan a lo alto. Los que meten el balón en el agujero de la aguja, los que salen del pocket para lograr esos segundos extras que se necesitan. Se rifa el pellejo cuando lo ocupa. Se ha levantado de situaciones muy difíciles en su carrera. Está llamado a ser de los grandes y el sucesor en una línea impecable conformada por Kurt Warner, Roman Gabriel y Norm Van Brocklin.


El domingo tendrá la prueba más difícil de su larga y espero ilustre carrera: enfrentará a los Patriots en el juego grande. Se necesita una leyenda para ganarle a otra leyenda. Así mismo lo hizo Tom Brady a Kurt Warner y aquel fue el inicio de algo gigante. ¿Será el destino y el talento de Jared Goff algo parecido? Lo veremos.

Correo: franciscolozano1321@gmail.com / Twitter: @clarkmorales

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