Previa de la ronda divisional
Como cada año, el segundo fin de
semana de Enero promete ser las noches mágicas de la NFL, cuando temblemos de
la emoción, cuando se nos salga el corazón, cuando gritemos, cuando nos
pongamos de pie, cuando no nos podamos creer lo que sucederá en los últimos 30
segundos de cada partido. Como cada año se aproxima la ronda divisional y como
siempre, tenemos unos platillos deliciosos. Aquí no importa quién fue el mejor
en la temporada regular, los números o el mejor roster, la divisional son los
juegos de los equipos verdaderamente superiores, de aquellos que se destacan
por sobre el resto, los equipos mejores entrenados, motivados y enfocados.
Donde las leyendas han construido sus legados, y donde los equipos han hecho
llorar o reír a sus fanáticos.
Normalmente este fin de semana es
donde vemos las masacres de los Patriots de New England. Todo parece indicar
que esta vez no será así. Enfrente tienen uno de los mejores equipos contra los
que ha jugado en esta etapa. Los Angeles Chargers se quedaron a una victoria de
haber tenido el seed número uno de la conferencia americana. Llegan a
Foxborough con el hambre y la garra de los equipos temibles, hartos de las vergüenzas,
desesperados de su historia infernal, cargando lápidas cuales pípilas, los Chargers
van con todo. Lo tienen, tienen la mirada del tigre, todos ellos, la tiene
Phillip Rivers, la tiene Anthony Lynn, Derwin James y Keenan Allen. Uno de los
mejores staffs de toda la NFL enfrentándose al equipo imbatible de la liga por
excelencia. Los Patriots son el imperio del mal. Son el terror personificado,
los invencibles en su campo. Y del otro lado está Tom Brady y Bill Belichick.
Van 18-2 en casa en playoffs, es ridículo. Solo las huestes de Ray Lewis
supieron encontrar el antídoto a su veneno. Y Brady, con 40 años y cinco
anillos bajo el brazo sigue teniendo esa mirada insaciable, sigue festejeando
cada anotación como si fuera la primera de su carrera, sigue sobreponiéndose de
muchos problemas de cualquier tipo. A sus espaldas está desde la banda, con una
capucha como si fuera un monje budista, Bill Belichick, con su mirada
imbatible, con su astucia y autoridad. Pero no hay que engañarnos, este año los
Patriots son inferiores a los Chargers. Claro que sí, línea por línea el equipo
angelino es superior en casi todas sus facetas, excepto el hecho de que en un
lado está el tipo con más suerte del mundo (con permiso de Nick Foles), y del
otro la franquicia más maldita de la historia. Un juego que puede pasar a los
anales de la historia de la NFL. Este año no habrá una masacre en Boston, el
ganador deberá dejarse el pellejo y el alma.
Tampoco importa mucho que los
Rams hayan sido la mejor ofensiva de la liga toda la temporada. A estas
alturas, después del último cuarto de la competencia, Los Ángeles son el equipo
del que menos nos fiamos en los playoffs. Los vemos jóvenes, arrogantes, descuidados,
con muchos detalles sin proteger. Pero tampoco podemos decir que es un equipo
débil, al contrario, tienen el alma de chicos rudos, que salen sobre la yugular
desde el primer minuto y no pensarán mucho al momento de abalanzarse sobre los
Cowboys. Este es un equipo con cierta mística y magia, están sacando
resultados como ahogado y acudiendo a su poco o mucho talento. Queremos ver a
Ezekiel Elliot con su ego triste de nuevo, y a Dak Prescott decepcionado. Pero
a veces los equipos místicos no se dejan tan fácil. Los Cowboys tienen eso, una
historia que los respalda. Ellos no se rendirán tan fácil. Son jóvenes y están
hartos de que la liga se burle de ellos. Y en frente tienen a un equipo igual que
ellos, con la presión de estar rodeado de estrellas y con todo a su favor para
una victoria. Quiero decir que los Rams van a ganar, pero a ser
sincero es un volado, de todas formas, será un juegazo.
En Nueva Orleans jugarán los dos
equipos favoritos: la historia más bonita de la liga, la de los Eagles de
Philadelphia, contra los Saints de Nueva Orleans, el equipo del hombre que
todos quieren ver campeón de nuevo, Drew Brees. Brees ha tenido la peor suerte
en playoffs, ha caído derrotado por jugadas mágicas (Beast mode, The catch III,
Minnesota miracle) o contra mejores equipos que él. Este año ha barrido
cualquier equipo, con el mejor repertorio que se le recuerda, ha hecho una
temporada digna de MVP. Tiene una defensa peligrosa y sólida, un cuerpo de
receptores de todos los gustos y colores, y un juego de carrera que es un
monstruo de dos cabezas. Y un genio en la banda que se ha reinventado en tiempo
record. Y enfrente está Nick Foles, el chico de la sonrisa, el que sacudió las
telarañas, pesadillas y maldiciones de Philadelphia. Está una defensa que
es una jauría de perros y un ataque restante que es peligroso. Y su entrenador
es Doug Pederson. Que hay entrenadores en jefe buenos, y hay los que levantan a
su equipo después de una mitad de temporada tan desastrosa. Lo de Pederson este
año ha sido algo bestial, lo de Schwartz y toda su defensa. Philadelphia no
tendrá el talento del año pasado, pero sigue con su aura y vibra endemoniada.
Y finalmente tenemos el duelo de
los jovencitos. El Colts-Chiefs que promete ser una delicia también. Patrick
Mahomes contra Andrew Luck. Pocas veces hemos visto una temporada donde
alguien luzca un talento tan gigante para compensar un equipo tan desnivelado
como es el de los Kansas City Chiefs. Una ofensiva todo terreno, que a mis ojos
y a los de muchos perdieron bastante con la salida de Kareem Hunt (que tenía
que ser, si o si), con una defensiva muy suertuda pero terrible. Se van a
enfrentar al jugador que les hizo la peor pasada de toda su historia. El que
remontó un 38-10 para ganar 45-44. Los Chiefs son otro equipo maldito, sin
suerte y que no tienen mucho que presumir. Se espera que Mahomes no solo sea el
quarterback del futuro, sino también el que les enseñe el camino para salir de
su racha auto destructiva. Un partido con mejores entrenadores que plantillas,
con conjuntos muy desnivelados. Por talento los Chiefs pueden terminar ganando,
pero por cabeza y sentido común, todo indica que Luck y Reich son más maduros y
astutos que Reid y Mahomes. Un duelo para recordar.
Ignoro si podré ver todos los partidos,
solo sé que serán un goce tremendo. Provecho.
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